El próximo miércoles 27 de septiembre se presentará el Sistema de Transporte Integrado de Santo Domingo. Una urgencia, sin duda, más cuando se da a conocer que el parque vehicular crece un 6% interanualmente y la importación, de vehículos nuevos y usados, un 11%. Sencillamente… no caben.
El transporte colectivo, mal llamado público hasta ahora puesto que estaba en manos de empresas privadas, desfasadamente llamados sindicatos, no ha contribuido en las últimas décadas a gestionar la movilidad de los ciudadanos. El vehículo privado no es una opción todavía, sino una necesidad, que estrangula a menudo la economía familiar, además de saturar las calles y provocar un gasto no medido en toda su dimensión. La productividad del ciudadano encerrado en su carro durante horas al día, para poder cumplir con sus obligaciones personales y laborales, ha caído y eso hay que medirlo y ponerle solución.
El Plan de Transporte Integrado despierta enormes expectativas por cuanto significaría un gran paso en la descongestión de las calles y en un aumento de la calidad de vida. Y un alivio a la contaminación ambiental.