Cuando te casas con tu pareja, también te casas con su familia, dice el refrán. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Y es que cuando decides dar ese importante paso con la persona que amas, los parientes no van incluidos en el paquete: te casas con los límites que tu pareja decida ponerles.
Así lo percibe la psicóloga clínica, terapeuta sexual y de parejas Patria Santana (@psic.patriasantana), quien explica que al decir que te casas con la familia de tu pareja, te conviertes en un espectador de tu propia vida, prácticamente como si no tuvieras control sobre tu relación. “Si bien nos integramos a la familia, no nos ‘casamos’ con ella: formamos una nueva que puede establecer sus propias dinámicas y límites”, dice.
Las razones por las que una persona puede llevarse mal con su familia política son diversas. De acuerdo a su experiencia, la especialista, que labora en @lotuscentrointegral, señala que entre los principales motivos están la sensación de que la familia es más importante o que puede tener más influencia que la pareja, que los parientes opinen sobre decisiones que únicamente debe tomar el matrimonio, que no respeten los límites establecidos y que la relación esté basada en una lucha de poder.
¿Qué tan importante es para el vínculo de pareja que ambas partes se lleven bien con la familia política? A consideración de Santana, todo dependerá de la cercanía que tenga la persona con sus parientes. “En el caso de quienes son muy familiares y están muy apegados resulta ser muy importante”. Para quienes no tienen un vínculo fuerte con sus consanguíneos, sostiene, es un aspecto secundario.
Los problemas de interacción con la familia pueden llevar a la ruptura de una relación, aunque haya amor mutuo. Sin embargo, la experta aclara que para llegar a ese punto intervienen varios factores como la importancia que le de la persona a las opiniones y críticas de su familia; la atribución o libertad que ésta pueda tomarse para opinar acerca de la relación; la falta de límites claros, así como el trato y la aceptación de la familia hacia la pareja.
Recomendaciones para hacer que la relación funcione
Patria Santana ofrece algunas recomendaciones para llevar una buena relación con la familia política:
Comunícate con tu pareja. Una buena conversación acerca de cómo afecta a su relación la influencia de la familia puede ayudar a buscar soluciones. Es importante que tu pareja vea que entiendes que la familia para ti también es un apoyo importante y que comprendes la importancia que tienen en su vida. Hazle entender que tu intención no es en ningún momento alejarse de ella, sino encontrar un equilibrio entre la familia y la relación.
Establezcan límites juntos. Lo que mejor suele funcionar en estos casos es establecer unos límites que queden muy claros. Significa que la familia tenga muy claro hasta dónde puede llegar y a partir de donde no puede dar ni un paso. Hay expresiones que funcionan muy bien cuando quieres poner esos límites, por ejemplo: “Agradezco tu opinión, pero yo prefiero…” o “gracias por preocuparte, pero nosotros hemos decidido…”. Lo más probable es que, cuando hayas dado ese tipo de respuestas varias veces, la otra parte entienda el límite.
Empatía hacia la pareja. Cada persona se educa en un ambiente distinto y cada familia tiene unas costumbres propias. Esto no nos convierte en mejores ni peores personas, solo en diferentes, y eso debes entenderlo así. Pero, además, si quieres mucho a tu pareja por las cualidades que tiene, no olvides que eso se lo debe en gran parte a la familia que le educó. Así que, ya solo por eso, se merecen que te armes de respeto, comprensión y paciencia para después intentar arreglar lo que te molesta.
Encuentren un equilibrio. Intenta negociar con tu pareja ciertos aspectos de la relación en los cuales ambos se sientan cómodos sin que los parientes estén presentes, como salir solos o con amistades. Para que la negociación pueda ser fructífera, en ocasiones, también puede ser importante mostrar el respaldo hacia su familia, ofreciendo hacer algún plan conjunto si la pareja quiere. Así, pueden ir combinando los planes de pareja con los tiempos para la familia y actividades con las amistades.
Vayan a terapia. En estas situaciones, la terapia proporciona un espacio en el que cada uno puede expresar cómo entiende la relación de pareja y con las familias de origen. Esto con el fin de conjugar ambas visiones y construir mutuamente un espacio propio de la pareja que delimite su intimidad, refuerce la relación y marque límites con el resto de las relaciones: familias de cada uno, amistades, etc., priorizando siempre el vínculo de pareja y la familia que individual y voluntariamente escogieron crear.