El Partido Revolucionario Moderno (PRM) debería expulsar de sus filas al diputado de La Romana, Eugenio Cedeño. Y debe hacerlo de manera sumaria, sin posibilidad de reconsideraciones ni cuentos de esos.
Lo que esta persona dijo sobre lo que entiende es su derecho sobre las mujeres no tiene excusas y no da espacio a ser flexibles con él. Este hombre es un troglodita y representa todo lo que debemos combatir como sociedad.
¿Quién se cree él para pensar que tiene el derecho a embarazar a una mujer simplemente porque es su pareja o porque a él le da la gana? ¿Qué pensamientos tan misóginos alberga y alimenta para hacerse la idea de que tiene tal control sobre la vida de otra persona?
Un partido político no se forma solamente para llegar al poder. La misión de una organización política estriba en aglutinar ciudadanos con una ideología y código de conducta común, que le permita gobernar el país desde una base filosófica y ética respetable. Ningún partido político serio debería albergar personas como Eugenio Cedeño si se llama defensor de los derechos humanos.
El PRM se ha comportado de forma laxa con quienes tienen evidentes conductas contrarias a lo que debe ser un ciudadano ejemplo en la sociedad. Permite en sus filas a políticos señalados por narcos y otros aspectos contrarios a la ley, no amonesta a figuras como Eugenio Cedeño y se hace de la vista larga de imputaciones de malos manejos, nombrando nl algunos casos comisiones que no sirven para nada y que acaban enfriando las denuncias.
El compromiso con la transparencia no debe ser una mera consigna política. Debe comenzar con poner la acción en las palabras. Eugenio Cedeño no debería formar parte del PRM tras esta conducta, porque es contraria a lo que esa organización política predica y defiende.
No se hagan los locos. Tomen decisiones serias y contundentes, sin miedo. No quisiera pensar que este señor tiene un poder irrefutable y una aura de impunidad que le permite estar seguro de que nadie se atreverá a enfrentarlo. El PRM está llamado a dar el ejemplo, háganlo.