La debacle por los resultados en las elecciones del Partido de la Liberación Dominicana ha dado mucho de qué hablar.
Y principalmente después que el presidente de la organización, Danilo Medina, y el secretario general, Charlie Mariotti, indicaron que no buscarán reelegirse en sus puestos en la asamblea interna de la organización programada para el mes de agosto.
Mientras aparecen cuatro nombres para la secretaría general, y todavía nadie saca la cara para el puesto de presidente, una turba ha copado las redes con cuestionamientos de todo tipo a las intenciones de renovación del partido morado.
Lo más llamativo de todo eso es que la mayoría de los que hoy despotrican contra los integrantes del PLD, son dirigentes que renunciaron a esa institución para irse, incluso, a jugar roles importantes de coordinación de la campaña de la Fuerza del Pueblo.
Ciertamente, todo el mundo tiene derecho a opinar de lo que considere y como lo considere, pero se supone que cuando se rompen lazos y se terminan amores, se deje que esa expareja pueda continuar con su vida.
¿O es que se asume la famosa “ni hace, ni deja hacer”?