La llamada “vuelta por México” le sigue costando la vida a los dominicanos, que huyen del país para buscar mejores oportunidades en los Estados Unidos, movidos muchas veces por la ilusión del llamado “sueño americano”.
Cuatro han perdido la vida recientemente, entre ellos dos hermanas que se fueron con la esperanza de un mejor futuro, pero solo encontraron la muerte.
Es cierto que la migración es un fenómeno común en todos los países, pero en el nuestro está matizada por la desigualdad social. Muchos jóvenes no ven proyecciones de futuro y optan por buscar otro rumbo en el extranjero junto a un familiar.
Hasta tanto no disminuya la inequidad y garanticemos a esa clase desesperanzada unos ingresos decentes, seguiremos viendo a la juventud en el intento de esa peligrosa apuesta.
Hacer un llamamiento a que se detengan y no lo hagan más sería lo correcto, pero sabemos que poco efecto se conseguirá sin cambiar las bases del descontento entre aquellos que escuchan que el país crece económicamente, pero no sienten en sus bolsillos y hogares el efecto de esos logros nacionales.