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Tokischa canta fatal. Ese es el verdadero problema de su influencia sobre un grupo de jóvenes. Que bese a sus amigas en el escenario es un recurso escénico bastante pobre. Hay que tener 20 años o ser de la Fuerza Nacional Progresista para creer que es algo desafiante. Con esos escandalitos ya se divertía Josephine Baker en el París de los años 20 (del siglo pasado). Madonna en los 90 redescubrió la estrategia, pero por lo menos cantaba
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Omar toca el piano. Para Elisa de Beethoven a la luz crepuscular en un piano de media cola. Entre la melancolía y la promesa. Imperturbable ante los ataques, sereno y comprometido. Suenan los aplausos en las redes, pero no queda claro si celebran al realizador del videoclip o al político. La noticia es que los millenials ya son adultos y algunos tocan muy bien el piano.
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Vuelve Pimpinela. Canciones de los ochenta que ya en los ochenta sonaban rarísimo. El pasado vuelve y se manifiesta de extrañas formas, como se revela un recuerdo escondido en una sesión de hipnosis de regresión. En realidad, la música de los años 80 hacia atrás es eterna para los que tenían 20 años en los 80.
(Si no fueron a San Carlos por miedo a la lluvia, entren en youtube y vean tres videos de Tokischa. Tres. No hacen falta más para entender por qué puede suceder que vuelva Pimpinela…)