Pregunta: Hola Dra. Simó, gracias por permitirnos este espacio para los que estemos afligidos o desorientados, recibir su ayuda. Le cuento que hace tres meses atrás fui víctima de una violación, yo no puedo explicarle lo que ha sido mi vida desde ese momento. Todo comenzó cuando salí de la universidad y me dirigía a mi casa, como siempre tomé un carrito y tenía dos muchachas, una sentada delante y otra atrás y un joven, entendía que era seguro, pero cuando las chicas se desmontaron, comenzó mi calvario, pues el de atrás me sacó una pistola y me dijo que si gritaba o hacia algo me mataría, me llevaron para una calle solitaria y el resto se lo imaginara, no le puedo explicar todo lo que pasó por mi cabeza, recé como una loca, luego me dejaron en ese lugar y gracias a un motoconcho que pasó un rato después puedo decir que estoy viva. Desde ese momento, no quiero salir, deje la universidad, no quiero tener relaciones con mi esposo, le tengo miedo a la noche, lloro mucho, siento que la gente me ve con pena y eso me molesta. Ayúdeme doctora, no quiero seguir así.
Respuesta: Lamento tanto saber por lo que pasaste, no puedo imaginarme la angustia que viviste y que aún están sintiendo. Cuando ocurren eventos como este, una violación, se vive luego lo que se llama “Trastorno por Estrés Postraumático” y se caracteriza por la presencia de síntomas desadaptativos de carácter psicológico o somático, con relación a un suceso traumático vivido con anterioridad y que interfieren en la vida de la persona que lo sufre.
“Estos síntomas pueden ser muy variados, pero suelen incluir la reexperimentación de lo ocurrido, la evitación de situaciones o personas relacionadas con la experiencia traumática y la presencia de conductas y emociones interferentes en el desenvolvimiento cotidiano” (Baile Ayensa, 2010)
Cada persona vivirá este trastorno de una forma única, pues existen factores ambientales, personales, sociales, biológicos que indicaran cómo será la recuperación de cada individuo, por lo que te recomiendo buscar ayuda de un especialista porque si te fijas, han pasado varios meses y se te ha hecho imposible retomar tu vida, y esto no es tan solo miedo, sino que también te está afectando varias esferas de tu día a día, y por mi experiencia clínica, las personas que están a nuestro lado muchas veces con el deseo de ayudar empeoran las cosas.
Para darte un ejemplo, con expresiones como éstas, crean mayor angustia en la persona que vive el trauma: “Entiendo que debes poner de tu parte”, “no es para tanto, dale gracias a Dios que te dejaron viva”, “esto sucedió por algo”, “lo que te paso es una señal del cielo”… Por favor, no te sientas mal por no cumplir lo que otros esperan, solo tú sabes la mala experiencia que viviste y sanar muchas veces requiere tiempo y ayuda de un profesional de la conducta.