La vitamina B12, crucial para la producción de ADN, la formación de glóbulos rojos y el mantenimiento de las funciones neurológicas, está en el foco de numerosas discusiones médicas y nutricionales.
Aunque su deficiencia es común y bien documentada, niveles elevados de B12 también pueden ser motivo de preocupación y están asociados con ciertas condiciones médicas.
La vitamina B12 se encuentra principalmente en alimentos de origen animal, como carne de pollo, vaca, cerdo, pescado, lácteos y huevos. Las fuentes vegetales son casi inexistentes, lo que pone a los veganos y vegetarianos en riesgo si no consumen alimentos fortificados o suplementos.
La ingesta diaria recomendada para adultos es de aproximadamente 2.4 microgramos.
Sus peligros
Para casos de deficiencia por dieta inadecuada, el aumento de la ingesta de B12 o el uso de suplementos suele ser efectivo. Sin embargo, en situaciones de malabsorción debido a enfermedades como Crohn o celiaquía, las inyecciones de B12 son necesarias para asegurar la absorción adecuada.
La malabsorción de B12 puede ser grave y se maneja típicamente con inyecciones para evitar el tracto gastrointestinal, garantizando así la absorción efectiva y la prevención de síntomas como fatiga, anemia megaloblástica y deterioro cognitivo.
Cuidado con los excesos
Curiosamente, niveles elevados de vitamina B12 en la sangre pueden indicar problemas de salud subyacentes. Se sugiere que los niveles elevados de B12 pueden estar asociados con procesos inflamatorios. La vitamina B12 puede actuar como un modulador de la respuesta inmunitaria.
En condiciones normales, contribuye a la función adecuada de los linfocitos y la producción de factores inmunes. Sin embargo, en estados patológicos, el exceso de B12 podría estar implicado en la promoción de respuestas inflamatorias.
Esto podría deberse a su capacidad para influir en la producción de citoquinas, moléculas que median respuestas inflamatorias y que pueden estar desreguladas en enfermedades autoinmunes o inflamatorias.
Además, investigaciones recientes han planteado la hipótesis de que niveles altos de B12 pueden reflejar un mecanismo de defensa del cuerpo en respuesta a la inflamación crónica.
El aumento en la concentración de B12 en el plasma podría ser un intento de mitigar los efectos nocivos del estrés oxidativo asociado con la inflamación crónica, dado el rol conocido de la vitamina en la protección contra el estrés oxidativo.
Comprender tanto los síntomas de exceso como de deficiencia y las implicaciones fisiopatológicas de estos estados puede ayudar a optimizar los enfoques terapéuticos y mejorar los resultados de salud.