El sexo violento es un tema complejo. Si bien es cierto que puede ser una herramienta positiva y muy útil para mantener la llama sexual en algunas parejas, también debe realizarse de forma prudente y consensuada entre sus participantes.
Tomando en cuenta que «el sexo violento» es una práctica común y que hay casos de muertes atribuidos a «actividades sexuales violentas», buscamos entender esa estrecha línea que puede llevar a una persona del placer a la mortalidad.
En este artículo, exploraremos en profundidad qué es el sexo violento, sus consecuencias y la forma correcta de practicarlo sin riesgos. Diario Libre conversó con la ginecóloga y terapeuta sexual Lilliam Fondeur (@lilliamfondeur) y con la periodista de salud y sexualidad Alison Ramírez (@alisonmramirez).
¿Qué es el sexo violento?
Ramírez definió el sexo violento como una rama de la sexualidad donde se llevan a cabo movimientos, actividades y juegos duros con juegos de roles. «Mucho de ellos van de la mano con el BDSM y Shibary, prácticas donde existen una amplia variedad de artículos para llevar la rudeza, violencia necesaria y los juegos de roles que es la pimienta de este acto sexual«.
Por su parte, Fondeur explicó que la violencia dentro de las relaciones sexuales tiene tres causas posibles: violación sexual, sadismo sexual y juegos sexuales.
Violación sexual
Según la definición de la OMS, la violación sexual es todo acto sexual, la tentativa de consumar un acto sexual, los comentarios o insinuaciones sexuales no deseados, las acciones para comercializar o utilizar de cualquier otro modo la sexualidad de una persona mediante coacción por otra persona, independientemente de la relación de esta con la víctima, en cualquier ámbito, incluidos el hogar y el lugar de trabajo.
Sadismo Sexual
La especialista de la sexualidad asegura que este hace referencia a una parafilia: «Esto es presencia de conductas o fantasías sexuales de tipo excitatorio frecuentes e intensas que implican objetos inanimados, niños o personas adultas que no consienten».
Fondeur explica que este trastorno causa angustia o problemas de funcionamiento en la persona afectada y que para ser diagnosticado como sádico, el trastorno debe haber estado presente durante seis meses o más. «El sadismo sexual no es sinónimo de violación, es una amalgama compleja de sexo forzado y poder ejercido sobre la víctima».
Juegos Sexuales
Dentro del juego sexual se encuentra el sadomasoquismo y en esta práctica es indispensable que todas las personas involucradas estén de acuerdo.
Sadomasoquismo proviene de los términos sadismo y masoquismo, y se refiere a la práctica de dar y recibir placer por medio de actos que incluyen recibir o provocar dolor o humillación.
En la dinámica, la persona que asume el rol de dominar siente el placer de infligir dolor físico o psíquico, esa es la persona sádica. Por el contrario, la persona que opta por el rol de sumisión, es masoquista y obtiene el placer mediante el dolor.
Este juego según Lilliam puede ser una herramienta positiva para las parejas, pero debe realizarse en total libertad y confianza. Aquí existe un dominante y un dominado.
«A menudo, los seres humanos que se sienten cargados de responsabilidades en su vida diaria o que suelen ser controladores, eligen la posición de sumisión y con ello ceden el control total de su ser y se entregan al placer de la libertad, dejando al sádico en la posición de control», cuenta Fondeur.
La especialista afirma que los juegos sexuales son una estrategia para mantener o activar la vida sexual, pero cuando el sadomasoquismo es indispensable y condiciona la relación, podría alterar la dinámica sexual.
Recomendaciones
- Las personas involucradas deben estar de acuerdo. De lo contrario es violación o una parafilia.
- No debe practicarse con morbo, porque no necesariamente al hombre le gusta la posición de dominante y a la mujer le gusta estar en la posición de sumisión.
- El sexo violento no es para todas las personas.
- Esta dinámica es solo una opción para quienes quieran involucrarse y estén con una persona que desee lo mismo.
- La confianza y la libertad son fundamentales para llevar estas dinámicas a cabo.
Beneficios
- Mantiene o activa la llama sexual.
- Resulta placentero para algunas personas.
Dónde está el peligro
Consentimiento y reglas claras: Ramírez asegura que la línea delgada entre violencia placentera y perjudicial está en el consentimiento. Ella explica que el BDSM (acrónimo que abarca una gran cantidad de prácticas sexuales) tiene reglas claras, como palabra clave para parar, roles definidos, reglas del juego y permisos de los juguetes a usar.
«Allí existe el placer porque todo está planificado, con reglas claras y palabras para detener el sexo duro», afirma.
Al mismo tiempo, sostiene que lo perjudicial aparece cuando no se tienen ninguno de estos factores definidos previamente.
«A la hora de decidir llevar esta dinámica a cabo es bueno poner las cosas claras y respetar cuando uno de los dos necesita parar, de no respetar esta señal el juego tomaría otro giro y pasaría a ser: violación, abuso, violencia, maltrato, etc.»
El BDSM es un acrónimo que abarca una gran cantidad de prácticas sexuales que se fundamentan en una o varias de las subculturas siguientes: Bondage, Disciplina, Dominación y Sadismo.
Trabajar la confianza: Lilliam por su parte explica que en las prácticas sadomasoquistas es indispensable la confianza entre los involucrados.
«En este juego está envuelto el placer y el dolor, ambos tienen su representación en el cerebro. Se sugiere que antes de involucrarse se acuerde cuando parar, cuando falte la respiración o cuando el sangrado sea abundante. Estos acuerdos deben ser en total libertad de ambas partes.»
Acciones que pueden causar lesiones
- No tener conocimiento de artículos del BDCM (mordaza, látigo, amarres, máscaras de cuero, jaulas, etc)
- Posiciones sexuales en lugares peligrosos o con poca resistencia.
- No respetar o no saber identificar cuando detenerse.
- El mal uso de juguetes sexuales (batería, electrónicos).
- En el caso de shibari usar amarres mal colocados donde se puede ahogar a una persona, parar la circulación de la sangre y hasta llegar a ahorcar.