La respuesta corta es: sí. Es posible alcanzar una tasa de crecimiento del producto interno bruto (PIB) de 5.4 % en 2024, tal como pronostica el Fondo Monetario Internacional (FMI) para la República Dominicana. No obstante, la probabilidad de que ese evento ocurra es baja debido a un conjunto de factores, domésticos y externos, que pueden influir negativamente sobre el desempeño de las actividades productivas del país.
En diversas ocasiones la economía dominicana ha registrado una expansión por encima del 5.4 %, situándose la tasa de crecimiento potencial o tendencial alrededor de 5 %. Los datos del PIB estimados por el Banco Central para el período 2007-2023 permiten calcular 16 variaciones interanuales a diciembre, entre las cuales se identifican seis ocasiones (38 % de los casos) en que se alcanzó una tasa igual o superior a 5.4 %.
Para que la economía nacional se expanda al ritmo proyectado por el Fondo, se requiere que las principales actividades productivas tengan un buen desempeño. La ponderación de la construcción (14.7 %); el comercio (10.6 %); la manufactura local (10.6 %); el transporte y comunicaciones (8.3 %); y hoteles, bares y restaurantes (6.9 %) representan en conjunto 51.1 % del PIB. Por tanto, si a esos sectores les va bien, al resto del país también.
Dada la importancia de la construcción en la economía dominicana se puede señalar que una tasa de expansión anual de esa actividad superior a 8 % es una condición necesaria, aunque no suficiente, para alcanzar una tasa de crecimiento anual del PIB de 5.4 %. Esto significa que se requiere que la construcción encabece alrededor del 22 % de la tasa de crecimiento proyectada. Para que la construcción crezca por encima del 8 % es necesario que se combine un incremento de la inversión pública con una política monetaria flexible que permita un aumento del crédito al sector privado a bajas tasas de interés.
El cambio de postura monetaria hacia una más flexible, a partir de junio de 2023, estimuló el crecimiento de la actividad de la construcción. Después de haber registrado una variación negativa en los primeros meses del año pasado, la construcción logró cerrar con un crecimiento de 9.7 % en diciembre, pero la expansión anual de ese sector fue de solo 2.1 %. Es lógico que con ese bajo nivel de expansión de la construcción, al mismo tiempo que hubo variaciones negativas del valor agregado de la manufactura local y del comercio, el PIB anual solo haya crecido 2.4 %.
En los dos primeros meses de 2024 se registró un crecimiento promedio del indicador mensual de actividad económica (IMAE) de 5.4 %, debido a que construcción, comercio, manufactura y hoteles, bares y restaurantes han tenido un buen ritmo de crecimiento. Específicamente, la actividad de construcción creció en promedio 8.3 % en enero y febrero. La pregunta clave que hay que responder es: ¿podrá expandirse la construcción por encima de 8 % durante el resto del año?
La política monetaria de la República Dominicana estará condicionada por la que ejecute la Reserva Federal de los Estados Unidos. Jerome Powell, presidente de la Reserva, ha señalado que ese banco central no reducirá su tasa de interés de referencia hasta que se tenga certeza de que la tasa de inflación se acerca sostenidamente a la meta del 2 %. La persistencia de la tasa de inflación, que a marzo se colocó en 3.5 % en términos interanuales, provocó que la fecha de inicio del ciclo de ajustes a la baja de la tasa de interés de referencia se haya pospuesto de junio a septiembre. Y ha hecho que en vez de seis ajustes de 25 puntos básicos en 2024, se proyecte que en el mejor de los casos esa tasa de interés de referencia se reducirá en dos ocasiones de 25 puntos básicos, cerrando en el rango que va de 4.75 % a 5 %.
Visto lo anterior, y dado que la diferencia entre la tasa de interés de referencia del Banco Central y la de la Reserva Federal es de apenas 1.7 puntos porcentuales, contrastando con la diferencia histórica de 4.5 puntos porcentuales, es poco probable que las autoridades monetarias nacionales decidan reducir la tasa de interés de referencia o aprueben un aumento de liquidez para préstamos a tasas de interés bajas. Esto implica que, hasta por lo menos el tercer trimestre del año, no habrá flexibilización monetaria que estimule al sector construcción y a otras actividades productivas. Al contrario, la tasa de interés activa promedio ponderado se mantendrá alta en términos reales, reduciendo la inversión y el consumo del sector privado. Y la tasa pasiva también se mantendrá alta para evitar que se registre una tendencia hacia la sustitución de pesos por dólares que eleve la tasa de cambio, lo cual incrementaría la tasa de inflación; un evento poco deseado por el Banco Central.
Otro factor internacional que reduce la probabilidad de que se alcance la tasa de crecimiento de 5.4% en el país es la posibilidad de que se registren nuevos choques de oferta negativos a nivel mundial. El escalamiento del conflicto en el Medio Oriente y el posible aumento de los precios de los combustibles -y de otros bienes básicos- impactaría negativamente sobre las cuentas externas y las finanzas públicas del país, reduciendo el nivel de la demanda agregada interna compatible con la estabilidad de precios.
Lo positivo que tiene el entorno de la economía dominicana es que el FMI proyecta que el PIB de Estados Unidos crecerá 2.7 % y que se mantendrá el pleno empleo en 2024. Esto favorece las remesas familiares y asegura un buen flujo de turistas, siempre y cuando el apriete monetario de Powell no repercuta excesivamente sobre la demanda agregada estadounidense.
El neto de la información precedente me lleva a concluir que la probabilidad de que se alcance en la República Dominicana una tasa de crecimiento del PIB de 5.4 % en 2024 es baja. Por eso pronostico que lo más probable es que esa tasa se sitúe alrededor de 4.5 %.
Para que la economía nacional se expanda al ritmo proyectado por el Fondo, se requiere que las principales actividades productivas tengan un buen desempeño.