El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) arrancan este lunes sus reuniones de primavera con el optimismo de que la economía crecerá este año más de lo esperado, pese a la compleja coyuntura global derivada de las guerras en Ucrania y Gaza y a la cada vez mayor polarización geopolítica.
Si hace justo un año la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, dibujaba con pesimismo los tiempos venideros en el tradicional ‘curtain raiser’ –el discurso que pronuncia unos días antes del evento y que marca el arranque simbólico de la cita económica-, esta semana fue otro el mensaje.
«Resiliencia» y «alivio» fueron dos términos que pronunció el pasado jueves en el centro de pensamiento Atlantic Council en el ‘curtain raiser‘ de este año, en el que confirmó que cuatro años después de la pandemia se ha logrado el «aterrizaje suave» y alejar cualquier temor a una recesión.
«A la vista de los datos, es inevitable dar un suspiro de alivio. Hemos evitado una recesión global y un período de estanflación, como algunos habían predicho», apuntaba la búlgara, que el viernes fue reelegida en su cargo.
Este próximo martes la institución de Bretton Woods ofrecerá una actualización de las cifras de crecimiento mundial globales (su informe WEO, por sus siglas en inglés) que, según adelantó Georgieva, serán ligeramente «más fuertes» de lo esperado por la robusta actividad en Estados Unidos y en varias economías emergentes.
Reuniones bajo un escenario complejo
Las Reuniones de Primavera de las Juntas de Gobernadores del Fondo Monetario Internacional y del Grupo del Banco Mundial reúnen a banqueros centrales, ministros de finanzas y desarrollo, legisladores, ejecutivos del sector privado, representantes de organizaciones de la sociedad civil y académicos.
- A lo largo de una semana, en distintos foros y reuniones se debatirán cuestiones de interés mundial, incluidas las perspectivas económicas mundiales, la erradicación de la pobreza, el desarrollo económico y la eficacia de la ayuda.
Las reuniones de este año llegan en un complejo momento geopolítico, con dos guerras (Ucrania y Gaza), la ofensiva iraní sobre Israel en represalia por el ataque en Damasco contra su consulado y ligeras fricciones entre Estados Unidos y China, que no han tenido tantas consecuencias económicas negativas como las temidas en un principio.
También llegan en un momento en el que los bancos centrales están empezando a estudiar la posibilidad de bajar los tipos de interés, tras las alzas producidas en los últimos años para controlar la alta inflación por la pandemia y el conflicto de Ucrania.
Cuándo reducir los tipos será uno de los temas sobre los que se va a hablar porque, como mencionó Georgieva, «las autoridades deben resistir los llamamientos a recortes anticipados».
La directora gerente defenderá así la postura del Fondo de que «una flexibilización prematura podría generar nuevas sorpresas inflacionarias que incluso podrían requerir un nuevo episodio de ajuste monetario».
Refinanciación de deudas y otros temas a dialogar
Bajar la excesiva deuda pública y refinanciar la de los países de bajos ingresos será otro de los principales temas que se tratarán, según confirmó el viernes el presidente del Banco Mundial (BM), Ajay Banga, en una charla con medios.
Esta próxima semana habrá un nuevo encuentro de la mesa redonda sobre deuda soberana, un grupo creado en febrero de 2023 para analizar los procesos y prácticas de reestructuración de deuda y generar un entendimiento común entre las principales partes interesadas en la sostenibilidad de la deuda.
La excesiva deuda de los países pobres, agravada tras la pandemia y ante los altos tipos de interés, es «un problema y nadie puede descartar su gravedad», dijo el presidente del banco de desarrollo.
Banga también insistirá estos días en una de sus principales mensajes desde que llegó al BM el año pasado, la necesidad de que se invierta más en proyectos verdes. Su objetivo: «Que el 45 % (frente al 35 % actual) de nuestro financiamiento se dedique al clima el próximo año».
También buscará trabajar por agilizar los procesos burocráticos y lograr que el tiempo promedio de aprobación de proyectos pase de los 19 meses actuales 16 este año y 13 el próximo.