Acabo de ver en WhatsApp una fotografía donde ponen a Greta Thunberg en una situación bastante despareja: su rostro es el de una anciana, con todo lo que eso representa. Creo que protestarían sus admiradores en todo el mundo. El diseñador gráfico habrá utilizado Inteligencia Artificial (IA), como ocurrió también el año pasado cuando pusieron al Papa Francisco con una ropa que no es la suya: la de un llou con un abrigo blanco y unos tenis cómodos.
Y es que uno tiene que ver todos los días un montón de fotos: es como si fuera necesario que miráramos una cierta cantidad, lo que no quiere decir que sales bien informado. No creo que tengamos el dato de la cantidad de tiempo que invierten nuestros jóvenes en las redes sociales, y no tan jóvenes: los mayores también se han enganchado y puedes ver en el supermercado, para decir un sitio, cómo un señor de ochenta tiene en su mano un celular por el que se comunica con sus amigos.
Es notorio –se habrá esparcido como pólvora en un pueblo haitiano–, un video donde por medio de la Inteligencia Artificial (IA), se pone a bailar a Joseph Biden con su esposa y a Trump con una recordada Melania. No tenemos el dato de lo que hace Melania por estos días, (al parecer está un poco alejada de la prensa). Otro video que se tornó viral es el de Trump con su nietecito mientras el republicano lo pone a hablar frente a una multitud y este repite algunas palabras que se tornan hilarantes.
Lo interesante es ver que lo que ocurrió en el Foro Económico Mundial en Davos en la más reciente reunión. Las declaraciones que se dieron allí hacen que los espectadores piensen en un modelo global manejado con la misma trascendencia de un cónclave en el Vaticano: la gente entiende que lo que allí se habla tiene repercusiones inmediatas. Los efectos se sentirán en los más diversos centros de poder del mundo. Klaus Schwab, fundador del Foro –todo inició en 1971–, y quien todavía es su director ejecutivo, debió tener claro que lo que se discutió allí en la última sesión, no garantiza un optimismo o un pesimismo sobre el 2024 y los años que tenemos por delante.
En una entrevista a Bloomberg, Cristine Lagarde habló de las posibilidades de la baja de los tipos de interés en verano, aunque enfatizó en que no se puede prever del todo porque hay escenarios que hay que tomar en cuenta todavía. El asunto tiene una especie de incertidumbre que es lo que se maneja en la institución que dirige, meses después de su participación en el Foro.
Creo que la de Godall fue la participación más importante, viéndolo ahora en la deshora. Nos hizo meditar en un tema del que todos venimos escuchando en los últimos años, aunque algunos quieran tacharla de alarmista: la destrucción de la naturaleza, que “será destruida como un tapiz que se va deshilachando”, buena la metáfora. Godall dijo que esto es lo que está ocurriendo con todas las especies del planeta. Desde otra óptica, algunos tacharán a Godhall, primatóloga británica de 90 años, de hablar sin pruebas.
Escuché el comentario (también por las redes), de que lo que hace Greta Thunberg es extremadamente importante. Algunos argumentan que actuamos en un mundo de gente ecológicamente irresponsable. Posteé una foto en mi cuenta de Instagram que dice Theres no planet B, una foto de un mural que encontré en la cuenta de una señora francesa. La sigo desde que se inventaran Facebook. Mi “amiga” postea asuntos bastante entretenidos. Esa es la palabra, entretenimiento: las redes sociales, y así la IA se han tornado parte del espectáculo, aunque podamos ver en ella a una persona que tiene que decirnos lo que hay que hacer en Ucrania o en Gaza, dos temas que no es que hayan sido los principales del Foro Económico Mundial. Uno se pregunta entonces si deberemos esperar a la próxima reunión para leer una declaración conjunta sobre Haití, el país que nos queda al lado y que está como diría un diletante “prendío en candela”.
Uno piensa que hay lugares tan importantes como Davos, o mejor dicho tan escenario como este sitio. Conozco gente que pagaría por una foto con la Merkel como otros en los tiempos ya lejanos hubieran pagado por una foto saludando a Margaret Thatcher. Es tanto así que conocemos cómo funciona el asunto: saludas en la rueda de prensa a la persona en cuestión –digamos a Gillian Anderson–, y la foto que te tiran luego te la pasan para que la puedas subir a tus redes. Es decir que si Gillian, la superestrella de X-files está en una rueda de prensa en Argentina, podrás esperar a que ella se decida a saludar a sus fans. Por esta razón, las sesiones con el Papa, lo mismo ocurrirá con Greta, son bastante apetecibles, no digamos ya un bautizo en pleno Vaticano.
No dudo que como yo una gran cantidad de gente haya intentado espiar lo que hace Greta por estos días. Se nos cuenta que estaba en un juicio por haber incitado a la rebelión en una marcha. Lo esencial es que no podemos negar que la chica ecológica es cada vez más demandada, sobre todo cuando ya se crea conciencia sobre un planeta que, como dice mi post, está en etapas críticas. No me gusta el alarmismo, pero es notorio que están ocurriendo cuestiones lamentables en muchos ecosistemas.
Gillian Anderson estaba en esa rueda de prensa en Argentina con un suetercito de Mickey Mouse y nos pareció tan bella como siempre, abierta a las preguntas del público. No creo que otras figuras públicas puedan ganarle en el tema de decir todo lo que se piensa, pero los temas son para elegir. En Davos, no solo importa la foto finish por la que algunos pagarían un montón, a la par que algunos dicen que lo importante no es la foto sino lo que se firmó. A este enfoque de seguro se le dará continuidad hasta que llegue la próxima reunión, sin Greta o con Greta, contigo o sin mi como podría decir un bolero criollo o mexicano.