La nota de prensa de la Dirección de Prisiones puede dar risa o ganas de llorar, usted elige la forma en que expresa sus sentimientos.
“Las autoridades incautaron a los reclusos del Centro de Privación de Libertad de La Victoria 12 parábolas de internet satelital marca Starlink y seis repetidores de señal, con las cuales cometían estafas y otros delitos virtuales a los ciudadanos”.
Dice Prisiones que la red operaba de manera clandestina.
¿Y cómo es posible que se instale un “call center” como el detectado sin que las autoridades penitenciarias se dieran cuenta?
Hace años que se ha venido denunciando que esa prisión, particularmente, se presta para fungir como un centro delincuencial y no como un reformatorio.
Desde homicidios hasta estafas se encargan diariamente desde La Victoria y lo único que saben responder los directores de turno es que no tienen la capacidad para detener lo que sucede.
¿Será que no hay voluntad?
Es lo que parece ya que algo tan complejo como traer las parábolas de Elon Musk e instalarlas en la cárcel no se toma uno o dos minutos, sino que son procesos que necesitan de la complicidad de muchos.