Cada vez es más común conocer o escuchar de personas que no quieren tener hijos, que piensan que para llevar una vida feliz y plena en pareja no es necesario sumar vástagos a la ecuación. Pero ¿qué pasa cuando el deseo de no ser padres no es compartido?
Este puede ser un tema crucial en una relación y las diferencias de opiniones respecto a tener o no hijos pueden generar tensiones significativas, explica la psicóloga clínica Jocabed Marte, terapeuta familiar y de parejas.
“Por supuesto, esto podría afectar la relación si ninguna de las partes llega a un acuerdo, trayendo como consecuencia conflictos constantes, lacerando considerablemente la dinámica de pareja, provocando inestabilidad y, en algunos casos, la separación”, sostiene la profesional de @mentalmenterd.
¿Cómo saber si realmente no se quiere tener hijos?
“Eso dices ahora, pero luego cambiarás de opinión”, es una respuesta común cuando se comenta el rechazo a tener hijos. Esto puede llevar a reflexionar si se trata de una decisión meditada o si es una elección de momento.
“Determinar si la decisión de no tener hijos podría deberse a una elección del momento o una elección definitiva, requiere de un proceso personal muy reflexivo. Es una decisión individual y muy subjetiva, en la que intervienen muchos factores, entre los que se incluyen los biológicos y genéticos”, señala la profesional.
En algunos casos, refiere, no se tiene el deseo de tener vástagos por algunas experiencias vividas, incluyendo la crianza que se recibió en la infancia o el ambiente familiar donde la persona se desarrolló.
“Tener responsabilidades familiares tempranas, los intereses personales, el estatus económico, la etapa donde se encuentra la persona con respecto a su edad, los valores o principios que la persona tiene en cuanto a formar una familia, la presión o el estigma social son de las inquietudes que hay que responder para asegurarse de la decisión de tener o no hijos”, explica Marte.
¿Cómo hablarlo?
La mejor manera de discutir el tema es desde la comunicación asertiva, exponiendo las razones por las cuales una de las partes entiende que no se puede tener hijos. “Desde la empatía se podrían llegar acuerdos temporales para luego establecer un acuerdo definitivo”, sostiene Marte.
En ese sentido destaca que, a pesar de los esfuerzos, algunas diferencias pueden ser difíciles de superar. En última instancia, la decisión de continuar la relación depende de la voluntad y la capacidad de ambos para adaptarse y encontrar formas de satisfacer sus necesidades y deseos individuales dentro de la relación.
“Si la diferencia en las opiniones sobre tener hijos se convierte en un obstáculo insuperable, podría ser necesario reconsiderar la relación y buscar el bienestar individual de cada miembro de la pareja”, manifiesta.
Y es que, si bien hay que respetar las decisiones y deseos de la pareja, también hay que cuidar las necesidades propias y buscar un equilibrio en las relaciones.
¿Cómo afrontar la situación?
Afrontar diferencias de opinión sobre tener hijos en pareja puede ser un desafío, pero con comunicación abierta, respeto y comprensión mutua, es posible encontrar soluciones. A continuación, la psicóloga comparte algunas recomendaciones para hacerle frente a esta situación de la mejor manera:
- Ser empáticos. Hay que asumir la postura de comprender no solo los sentimientos y deseos de la pareja, sino las razones por las cuales no desea tener hijos, sin llegar al punto de juzgar, ni acusar, sino de validar sus emociones, ya que cada persona comunica lo que piensa y siente desde su óptica y percepción. “Comprender los deseos y libertades de las demás personas es lo necesario para poder llevar adelante cualquier tipo de relación. Tú quieres tener un hijo, y está bien, pero también lo está y es respetable que tu pareja no lo desee”, señala.
- Buscar soluciones intermedias. Como pareja, exploren opciones y compromisos que puedan satisfacer parcialmente las necesidades de ambos. Podría ser adoptar una perspectiva más flexible en el tiempo, compromisos en otros aspectos de la vida o explorar alternativas a la paternidad biológica.
- Emplear una buena gestión emocional. Nunca es bueno sostener una conversación en un estado alterado emocionalmente (enojado, preocupado, frustrado, ansioso, etc.), ya que esto en vez de viabilizar soluciones, pudiera generar más conflictos y desacuerdos.
- Escoger el espacio adecuado para hablar. Lo ideal es conversar este tema en un espacio acogedor, agradable y tranquilo. Podría ser un ambiente fuera del contexto del hogar, un lugar privado, donde se haga contacto con la naturaleza, respirando aire puro, que transmita calma, les permita romper la monotonía y dinamizar la conversación desde una perspectiva más motivadora.
- Tener una comunicación asertiva. Esto implica tener la habilidad comunicacional de escuchar al otro atentamente, expresar lo que se siente desde la franqueza, la comprensión, la honestidad y el respeto; esto involucra respetar el punto de vista del otro. Las expresiones gestuales deben ser coherentes con lo que se comunica verbalmente. Es importante escuchar con atención y no interrumpir lo que el otro está planteando, y viceversa.
- Explicar los puntos de vista de forma clara y precisa. Esto significa detallar objetivamente los sentimientos con relación a la paternidad o maternidad. En el momento de exponer los motivos, revisar las ideas propias, los deseos y las aspiraciones. Este paso previo para externar el deseo de tener descendencia o no, debe basarse en una profunda reflexión de motivos personales. “Un hijo nunca debe ser resultado de una decisión impulsiva o a la ligera. Es imprescindible una evaluación de los recursos disponibles para su crianza: dinero, tiempo, educación, salud física, mental, etc. Será necesario que te plantees la siguiente cuestión: ¿es más fuerte mi deseo por tener un hijo o mi deseo de seguir junto a mi pareja?”, indica.
- Fomentar proyectos comunes. Identifiquen y trabajen en proyectos compartidos que no estén directamente relacionados con la paternidad. Esto puede fortalecer la conexión y la satisfacción en la relación.
- Revaluación periódica. Planifiquen momentos para revisar y discutir sus opiniones y sentimientos sobre la paternidad a lo largo del tiempo. Las personas cambian y es importante adaptarse y reevaluar las prioridades y objetivos de la relación.
- Mantener el amor y la intimidad. Deben asegurarse de mantener la conexión emocional y física en la relación. El amor y la intimidad pueden ser fundamentales para superar desafíos y fortalecer la relación.
- Autoconocimiento. Reflexiona sobre tus propios valores, deseos y necesidades a lo largo del tiempo. Mantente abierto a la posibilidad de cambios en tus opiniones y sentimientos.
Marte recomienda asistir a terapia de pareja para recibir herramientas enriquecedoras con el fin de estabilizar la relación para que, a la hora de tomar decisiones, se puedan llegar a acuerdos efectivos.
“Será una herramienta que les permitirá poner en palabras lo que le sucede frente a un mediador objetivo y profesional, que les ayudará a encontrar el camino para hallar una solución justa y equilibrada para ambos”, concluye.