Parecería un dilema de esos al estilo Shakespeare: puede o no puede inaugurar obras el Presidente de la República en medio de una campaña electoral en la cual es candidato a la reelección.
Dejaremos el debate legal a los abogados y nos centraremos en el aspecto ético de esa disyuntiva. Por un lado, en la mayoría de las democracias del mundo, se permite a los presidentes que aspiran a reelegirse a combinar sus funciones oficiales con sus deberes de campaña. La teoría es que una labor no puede desprenderse de la otra y ese es uno de los riesgos que se corre cuando se permite la reelección presidencial.
Hay países que, para lidiar con ese dilema, limitan la elección a un solo término, mientras hay algunos que ponen coto a las actividades de campaña mediante regulaciones que intentan hacer más justo el escenario. Lo que sí es muy cierto es que batallar contra un presidente que busca reelegirse es muy complicado, porque no es lo mismo prometer un puente que ir a inaugurarlo. Este tema es complejo, porque al final no sabemos quién es el que inaugura la obra, si es el presidente, el candidato o las dos cosas. Así que hay que aclararlo.