Desde 1956, la empresa Falconbridge ha jugado un papel importante en la economía de la República Dominicana como una de las grandes inversiones extranjeras con las que ha contado la nación.
Sin embargo, desde diciembre del año pasado, la minera de ferroníquel ha caído en un limbo que preocupa, y mucho, a todo aquel que conoce de la relevancia de esta empresa en la comunidad de Bonao.
Tras la renuncia sorprendente de su presidente, el griego Ioannis Moutafis, Falcondo ha quedado en desbandada, al punto de que no fue sino hasta ayer que sus empleados cobraron su sueldo navideño.
Llama la atención que a pesar de que el ministro de Energía yMinas, Antonio Almonte, recibió una carta el 29 de diciembre, explicando la situación económica de la compañía y su situación de crisis, el Estado dominicano no ha tomado medidas para proteger ni a los empleados ni a su participación en la minera.
En dicha carta, Marcos Cambhis, director del Consejo de Directores de Falcondo, habló sobre la caída del precio del níquel en un 40 % y dejó abierta la posibilidad de una investigación de potenciales delitos del expresidente Moutafis. ¿Por qué nadie ha dicho nada?