Guy Philippe, el exgolpista y narco confeso, ha vuelto a Haití con las evidentes intenciones de tomar el poder, al aprovechar la falta de institucionalidad que hay en la vecina nación.
El polémico expolicía, que gestó dos golpes de Estado en su país y que fue a prisión por la insistencia de Estados Unidos en ponerlo tras las rejas, cumplió su condena en cárceles estadounidenses y regresó a Haití para desatar un activismo político que habrá que seguir de cerca, porque es sensitivo.
Guy Philippe es un personaje con una alta capacidad de esgrimir esos discursos que inflaman a la gente, que tiene una inteligencia política evidente y que desea ser presidente de Haití cueste lo que le cueste.
Ahora regresa a un país en completo desorden, con instituciones frágiles y con un pueblo deseoso de encontrar a un líder que los una y los guíe.
Él podría, perfectamente, asumir ese rol, porque le encanta el protagonismo y sus ansias de poder son ilimitadas. Así que no hay que tomarse a la ligera su regreso al escenario haitiano, pues su astucia es conocida y su capacidad de convocatoria también.