La intervención de la calle El Conde es uno de puntos claves de toda la intervención en la Ciudad Colonial. Viviendas, comercios, hoteles, buhoneros, vendedores ambulantes, edificios emblemáticos, prostitución, ruido, un parqueo imprescindible… Parecería que todo el atractivo y todos los problemas de la Zona se reúnen en esta calle, que tuvo mejores días y que aspira a reconvertirse en el eje del nuevo urbanismo de la vieja ciudad.
Al cargo de este diseño, el estudio de Marcos Barinas. Como principio, escuchar, escuchar y escuchar. A todos los vecinos, usuarios, empresarios, autoridades… Unir ese puzzle en un plano que recoja las necesidades de la gente, de la ciudad, del futuro. Y un requisito: estar enamorado de la Ciudad Colonial y verla con los ojos de quien quiere encontrar lo mejor para ella.
Barinas ha proyectado un Conde que recupera sus viviendas, un Conde para residentes y no solo turistas locales o extranjeros. Que habilita zonas comerciales para potenciar su capacidad económica y de empleo. El Conde como eje cultural con espacios de esparcimiento para ver pasar el tiempo, la gente y la vida.
Nadie quiere que la Ciudad Colonial se convierta, como otros centros históricos, en un parque temático. Todavía estamos a tiempo de que sus residentes (han bajado de 8,000) logren asentarse en una ciudad remozada, con mejores infraestructuras y sin las agresiones a la convivencia que lamentablente ahora resiente.
Para Barinas se está cerca de conseguir. Su trabajo, minucioso, atento a los detalles tanto como a los retos de intervenciones más graves, es un buen augurio. Este 2024 que hoy arranca, debe ser por fin, el año de El Conde.