Por un lado queremos que los funcionarios den la cara y respondan a los cuestionamientos, pero cuando lo hacen, algunos quieren hasta quitarse la correa y darles una pela. Eso fue lo que pasó el lunes en el Senado, cuando el ministro de la Presidencia, Joel Santos, fue a dar cuentas del contrato renegociado con Aerodom. Iván Silva, que abandonó el PRM porque no fue elegido para reelegirse, violó todos los parámetros de la decencia al cuestionarlo. ¿No hay reglas en el Senado?