Las mismas características físicas por las que Liz de Aza fue burlada, son las que les han abierto las puertas a escenarios tan importantes como pasarelas en París, Francia, para casas como Miu Miu, Prada, DsQuared2, Aniye, y Rick Owen, en las que se inició. Además de comerciales para Valentino, Prada, Dsquaerd2, Gaudi y Bershka en Paris, Milán y España.
“El modelaje no era algo que me gustara de niña, ni adolescente. Quería ser bailarina de Ballet… todo empezó de la nada; gracias al consejo de una vecina que me motivó en 2017”, dice esta talento representada por Ford Model Paris, Fabbrica Model Milán y Uno Models España, Milk Model UK.
Aunque ya le había dicho que no le interesaba, la mujer le continuaba insistiendo y, contrario a algunos que le llamaban puro hueso y otros calificativos despectivos por su figura, ella percibía en su altura (5´10), delgadez y cabello rizo, una oportunidad para destacar en la industria de la moda… Finalmente la convenció de ir al casting de la agencia Ossygeno Models, dirigida por Sandro Guzmán, pero ya había pasado. A la espera del próximo, decidió empaparse un poco sobre la industria y al encontrar historias de top models como la de Hiandra Martínez y Lineisy Montero, les sirvieron de motivación.
Para 2018, cuando se disponía a participar, su mamá, una operaria de zona franca, le negó el permiso; algo que Liz aceptó sin muchos cuestionamientos. En 2019, la vecina vuelve a insistir y a escondidas de su madre la chica se va al casting, “a pesar de haber llegado temprano encontré a muchas chicas y me pregunté qué hago aquí”, pero llena de temores continuó, participó y fue elegida.
“Me sorprendió cuando Sandro al verme dijo ¡wao! Eres bellísima. Me impacto que un hombre acostumbrado a ver tantas chicas bellas me dijera eso”.
Ese mismo día pasó a formar parte de la agencia. Pero ni bien le habían dado de buena nueva, entró la llamada de la madre, que una vez Liz contestó le dijo “¡Te fuiste al casting!,sí – le respondí – y me eligieron”. A pesar de la desobediencia de su hija optó por apoyarla y hoy aplaude el camino que está llevando.
Una industria de ensueño, pero no de color de rosas
Cuando Liz de Aza salió de República Dominicana hacia su primera experiencia como top model, proyectaba todo perfecto, pero pronto se dio cuenta de que, si no se enfocaba y se dejaba guiar por los valores inculcados en su hogar, podía perder la visión que la guio hacia el casting. “El modelaje no es color de rosas, ¡para nada! Hay muchas cosas detrás que te hacen sorprender, pero lo que he hecho es voltear la mirada y centrarme en lo que me enseñaron en mi casa”.
Dice que esta industria le ha dado una perspectiva de vida muy diferente. Cuando se “lanzó” a ese mundo desconocido ella cursaba el segundo cuatrimestre de odontología, dando curso a lo que sus padres le indicaron que era seguro: estudiar para trabajar una profesión aceptada socialmente.
Liz, quien nació en Los Frailes 2, Santo Domingo Este, continúa preparándose y esforzándose para dar lo mejor en una profesión que no estudió en la universidad, pero que es tan demandante como cualquier otra. “Soy tímida, pero me gusta vivir ese momento en el estudio, fotografiarme y posar como si bailara frente a las cámaras porque me hace sentir libre”, confiesa mientras recuerda que antes de ser modelo no disfrutaba verse al espejo con falda y tacones, por sus complejos, pero que ahora sí.