Cada vez que un turista visita la República Dominicana incurre en un gasto promedio de 139 dólares por día, una tendencia que ha crecido un 18 % en 22 años, cuando en el 2000 el promedio fuera de poco más de 101 dólares, de acuerdo al estudio «Impacto del turismo en la República Dominicana«, realizado por la firma Analytica.
Para el empresario turístico Frank Elías Rainieri, director ejecutivo de Grupo Puntacana, estimular a los turistas para que consuman más durante su estancia en Quisqueya requiere elevar la oferta turística a través de proyectos de lujo con un enfoque sostenible.
Durante su participación en el Sexto Foro de Inversión Turística, destacó que «solamente los hoteles de lujo» pueden aumentar el consumo entre los 200 a los 250 dólares.
Explicó que la atracción de marcas hoteleras de lujo que aporten confianza a los turistas, sumado a una mayor inversión y distribución de espacios son necesarias para brindar esta oferta.
«Ya no es 300 metros de playa y 1,000 habitaciones. Esas marcas necesitan 500 metros de playa y 500 habitaciones, porque ese cliente está buscando un espacio más verde, está buscando una oferta mayor dentro del mismo hotel y habitaciones más grandes, con más diversidad», señaló.
Consideró que República Dominicana se encuentra en su mejor momento para incrementar las ofertas de lujo, ya que cuenta con el apoyo de un sector bancario que entiende que la industria turística es madura y que la economía está preparada para embarcarse en este tipo de proyectos.
«Una habitación hotelera puede costarte entre 200 y 250,000 dólares. En un hotel de lujo te va a pasar de 500,000 a un millón de dólares de inversión, y el retorno es diferente. Y ya la banca está preparada y tiene los conocimientos para hacerlo», sostuvo.
Explicó que hay «un mercado importantísimo» de turistas cuyo gasto se encuentra entre los 1,000 y los 2,000 dólares por persona al que el país debe aspirar a alojar.
El caso de Zemí Resorts
Rainieri lidera la construcción del proyecto Zemí Resorts en Miches, provincia El Seibo, una propuesta de turismo de lujo que contará con 512 habitaciones en 800 metros de playa, ofreciendo un metro y medio de playa por cada habitación hotelera.
Además, contempla una sección de lujo con villas de entre 90 a 120 metros, superando el promedio de la industria, cuyos tamaños rondan los 35 a 50 metros. El objetivo es que el turista pueda disfrutar de los espacios tanto naturales como dentro de la habitación.
El complejo turístico busca complementar la oferta de turismo de lujo con la sostenibilidad ambiental, ya que solo el 35 % del terreno será utilizado para la construcción inmobiliaria.
El proyecto aspira a que, junto al desarrollo de otras ofertas hoteleras en la zona de Miches, se pueda empujar la tarifa entre los 300 dólares hasta los 500 dólares por turista.