El Departamento de Estado le ha dado un derechazo de esos demoledores al exprocurador de la República Dominicana, Jean Alain Rodríguez. Con una sutileza muy americana, el gobierno estadounidense envió un mensaje directo: Jean Alain Rodríguez, ante nuestros ojos, es un corrupto de corte mundial, tan grande como varios personajes haitianos, liberianos y afganos.
Estados Unidos emitió ayer una declaración, en el marco del Día Internacional contra la Corrupción, que dice lo siguiente sobre el exprocurador:
“De conformidad con la Sección 7031(c), el Departamento de Estado está designando públicamente a Rodríguez por su participación en corrupción significativa al malversar fondos públicos destinados a proyectos de infraestructura financiados por el Estado e instituciones gubernamentales. Como parte de esta acción, también se designa a sus familiares cercanos, incluida su cónyuge María Isabel Pérez Sallent y dos hijos”.
Más que perder sus derechos de visado, Jean Alain y su familia fueron juzgados sumariamente por el gobierno estadounidense y declarados culpables.
No esperaron por el juicio ni nada parecido, simplemente dictaron una sentencia que descompone cualquier estrategia de la defensa de Rodríguez de intentar salvar su integridad y lograr salir ileso del proceso legal en su contra. Lo más complicado es que esa acción del Departamento de Estado no solo es un mensaje para el exprocurador, pues el entrelíneas para el sistema judicial dominicano está ahí: no confío en ustedes, así que daré mi veredicto, que es culpable.
No me imagino lo demoledora que será esta noticia para Jean Alain, porque vincula a su esposa y sus hijos, y estas acciones le duelen tres veces más a cualquiera. Y si a eso se suma que le pusieron en una lista poca honrosa, con corruptos de gran lustre a nivel global, lo que debe pasar en estos momentos por esa cabeza no debe ser nada bueno. Este es un golpe directo a la mandíbula de Jean Alain Rodríguez y no creo que lo estuviera esperando.