En República Dominicana, está demostrado, todo vale cuando se está en campaña política.
Desde promesas totalmente absurdas hasta acusaciones con base o sin ella, persiguiendo lograr la meta final, que es lograr un puesto.
Pero lo que sucedió la semana pasada no debe repetirse.
El aspirante presidencial Leonel Fernández denunció que la República Dominicana ya no es un puente de trasiego de narcóticos, sino que es un receptor.
Hasta ahí todo va “bien”, porque como político en la oposición él va a decir lo que considere necesario para tratar de desmeritar las autoridades actuales.
Pero que la Dirección Nacional de Control de Drogas, como institución castrense de la República Dominicana responda a través de una nota de prensa que “en el gobierno actual se someten a los apresados con los cargamentos de estupefacientes, algo que en el pasado no ocurría con regularidad, pues extrañamente los narcotraficantes nunca eran atrapados, quizá por el contubernio con algunas autoridades”, eso no está bien.
Por algo los militares no votan en nuestro país, mantengamos ambas cosas separadas.