Para entender un conflicto del que somos parte, debemos observarlo al menos desde tres puntos de vista. El más básico, no siempre evidente, pero siempre importante es desde nuestro punto de vista. Preguntarnos ¿Cuáles son nuestras metas? ¿Cuáles son nuestros intereses? ¿Qué riesgos vemos?
No siempre evidente, porque tendemos a no estar consciente de nuestro estado de ánimo y de esa forma perder de vista nuestros intereses y objetivos. A estos fines, las preguntas claves son ¿nos dominan fuertes emociones ¿estamos perdiendo el control? ¿estamos respondiendo o actuando reactivamente? ¿vamos a la deriva? ¿tenemos una visión ideologizada? ¿estamos obsesionados en tener la razón?
En segundo lugar, debemos observar la situación desde el punto de vista de las otras partes en conflicto. Poniéndonos hipotéticamente en el lugar de estas, ¿Qué veríamos?, ¿Cómo se ve desde esa perspectiva?; si estuviéramos en su lugar, ¿Cuáles serían nuestros objetivos, nuestros intereses, nuestras preocupaciones?, ¿nos sentiríamos justificados en nuestra molestia?, ¿Cómo se ve el conflicto desde ese punto de vista?
E idealmente, para tener una visión más equilibrada, ¿Cómo se vería la situación desde el punto de vista de una tercera parte imparcial?, ¿Cómo describiría las cosas una “mosca en la pared”? ¿Cómo se comportan las partes?, ¿parecen estar peleando, debatiendo, sacando ventajas, porfiando y atacándose mutuamente o enfrentan juntos el problema?, ¿están perdiendo el tiempo o lo aprovechan?
Es decir, si hay varias partes en conflicto, debemos entender cómo lo ve cada una de ellas. Esto por muchas razones, solo diré tres:
- porque nos conviene,
- porque es una fuente extraordinaria de poder y
- porque es partir de este conocimiento que se diseñan y actualizan las estrategias. Por eso muchas estrategias fallan porque ni si quiera son estrategias.
A su vez, para abordar en forma eficiente el diseño y ejecución de una estrategia debemos generar nuevos enfoques, utilizando la visión especializada de una variedad de disciplinas y profesiones. Es decir, reunir varios mapas de comprensión y aproximación que nos ayude a profundizar con la mayor cantidad de criterios objetivos en la comprensión y eventuales soluciones técnica, social, política, militar, histórica, cultural, e internacionalmente sostenibles. Y geopolíticamente conveniente.
Veamos a continuacion este cuadro con algunos mapas para entender un conflicto:
Mapas para entender un conflicto | |
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Disciplinas Académicas | Puntos de vista profesionales |
– Economía – Ecología y medio ambiente. – Ciencias políticas – Relaciones internacionales y Geopolitica – Psicología – Antropología – Historia – Derecho – Sociología y antropologia. – Ética – Ingeniería – Geografía |
-Lider religioso – Abogado – Médico – Militar de carrera – Periodista – Funcionario de Salud Pública – Medioambientalista – Diplomático – Educador – Banquero-inversor – Trabajador social – Experto en seguridad y geoestrategia. |
Sumar mapas o puntos de vistas adicionales nos ayuda a entender mejor todo conflicto, de modo que influenciamos y vamos a la negociacion con una gran caja de herramientas para producir cambios y desarrollar un plan de acción inteligente. Pues el objetivo no es llegar a un acuerdo puro y simple, sino llegar a él de manera bien informada, con capacidad de implementación y altos niveles de sostenibilidad.
A modo de ejemplo, veamos el siguiente cuadro sobre la crisis de Haití.
Cómo podría verlo un militar de carrera en República Dominicana:
¿Cuál es el problema?
En RD podríamos tener diferencias entre la conducción militar y política
Haití representa una amenaza para la seguridad nacional.
Soberanía e integridad territorial en peligro.
La ausencia de Fuerzas Armadas en Haití es peor.
Hoy las bandas controlan parte del territorio.
Mantener la vigilancia en RD representa un gran drenaje de recursos.
No importa lo que cueste debemos seguir.
Los cambios y riesgos en la situación geopolítica aumentan la necesidad de la fuerza militar dominicana.
¿Qué se puede hacer?
Un vínculo más efectivo y coordinado entre los sectores políticos y militares.
Fortalecer el Consejo de Seguridad Nacional con una visión estratégica más allá del paradigma militar.
Crear pactos mínimos en RD para que las diferencias políticas no afecten y garanticen políticas públicas de seguridad nacional.
No arriesgar lo esencial.
Tomar medidas drásticas para evitar las mafias en el tráfico ilegal de haitianos.
Capacitar al personal militar para tareas de seguridad nacional, y especializadas como enfrentar al crimen organizado, secuestro y terrorismo.
Elevar el prestigio moral y profundizar la legalidad de las Fuerzas Armadas dominicanas, en coordinación con Migración, para que sean parte de la solución, no del problema.
Cómo podría verlo un analista político:
¿Cuál es el problema?
Estado haitiano incapaz de garantizar su propio funcionamiento ni los servicios básicos a la población.
No monopolio de la violencia.
Liderazgo en Haití totalmente fragmentado.
Los lideres de bandas tienen mas poder que los lideres civiles.
Si queremos consensos operativos:
La comunicación política interna entre políticos dominicanos debe pasar de extremismos a cierta centralidad:
Hoy nos dividimos entre “traidores a la patria”, de un lado y “nazionalisitas”, del otro.
Generar unidad nacional implica respetar distintas aproximaciones y abordajes.
Vacío institucional en Haití hace imposible negociar y ejecutar acuerdos.
Lucha interna por el poder en Haití en ascenso, incremento de la violencia.
Gran incapacidad de arbitraje. Vacío institucional inmenso.
La incapacidad de las elites, de los partidos políticos y el fracaso de las últimas intervenciones internacionales creó el desastre actual.
La intervención inmediata de una Fuerza Internacional es la solución para el control mínimo en Haití.
A su vez, las pésimas intervenciones en el pasado han sido parte del problema.
¿Qué se puede hacer?
Colaborar con un mejor diseño de intervención internacional que produzca cambios, gobernabilidad, instituciones con capacidad/poder real.
Conducción integrada y unificada sectores publico y privado de Haití a nivel interno, e idealmente con la comunidad internacional.
Ayudar hacia un rol responsable, republicano, desarrollista del sector privado haitiano.
Crear compromisos explícitos de asistencia mutua liderazgo haitiano – liderazgo internacional.
Elegir un gobierno democrático. Solventar el vacío institucional.
Esto no se limita a una o dos visiones, debemos incluir los aportes de los historiadores, antropólogos, expertos en cultura, que por cierto explican la visión tribal del pueblo haitiano. Es con una visión integral – holística – que debemos abordar nuestras relaciones internaciones y en particular la relación con Haití.
República Dominicana está destinada a liderar las Antillas. Liderazgo implica responsabilidad, que en esencia es capacidad de responder y ser capaces de forjar nuestro destino.
“Si todos los retos y problemas se resolvieran con un martillo, del cielo nos caerían los clavos”. Abordemos nuestros retos y problemas con una caja de herramientas, que por supuesto tiene incluido un martillo y muchas herramientas más.