La última de cuatro fases del Pacto por el Agua se firma hoy, con un documento que establecerá una hoja de ruta para el manejo de ese vital recurso natural hasta el 2036.
Este documento multisectorial busca ponernos a todos de acuerdo en la evaluación, manejo y conservación del agua, ese líquido del cual dependemos para estar vivos.
No es un acuerdo perfecto ni mucho menos, como pasa con todas esas iniciativas, pero sin dudas deja claro que el agua es un bien público, lo que aleja la posibilidad de entregarlo al manejo privado o particular.
El Pacto estima inversiones por unos 8,500 millones de dólares, una cantidad astronómica de dinero, que se hace necesaria si queremos contar con reservas adecuadas, sobre todo con relación a los desafíos del cambio climático.
Esos recursos han comenzado a crear problemas y un grupo ambiental se mostró desconfiado de los mecanismos usados para justificarlos. Esperemos que el dinero no vuelva a desunir y que consigamos seguir lo pactado, porque la posibilidad de quedarnos sin agua no es un cuento imposible.