“Mi hijo era un delincuentico, pero lo mandaron a matar”. La madre lloraba la muerte de su hijo, abatido por la policía, con un razonamiento sorprendente, pero nada inhabitual en estos últimos meses.
Pero quien ayer dio la campanada fue el abogado defensor del hijo de un viceminsitro de Agricultura que “solo había sustraido unos cuatro millones de pesos”. Claro, comparado con el presupuesto del Ministerio, la cantidad es insignificante, “pírrico”, sostiene el letrado.
No es fácil adivinar hasta dónde llegará la defensa , porque lo mismo encuentra un juez que entiende que cuatro millones no son nada comparados con los casoaMedusa, Calamar, Pulpo y demás marisquerìa…. Pero sí da una idea de cómo la tolerancia a la corrupción empieza a ser un problema tan grave para la sociedad como la corrupción misma. Un monto pírrico, dice el abogado. El diccionario lo aclara: Que ocasiona grave daño al vencedor y casi equivale a una derrota.
Así que pírrico o no, el robo de cuatro millones de pesos, con un entramado dentro del Ministerio (que fue el que pidió la investigación) es presentado por la defensa como un lío entre facciones del PRM. Y faltan meses para las elecciones…