Pedro Sánchez no era candidato pero perdió por goleada en unas elecciones municipales y autonómicas que marcan el cambio de ciclo político en España.
Inmediatamente, adelantó las elecciones previstas para 2024 porque así de importantes son las municipales y así de desastroso ha sido el resultado para su PSOE. (Hay otro, pero se escucha poco…) Saltándose un par de requisitos y de paso parte del artículo 115 de su Constitución, pilló a todo el mundo con el paso cambiado y en ese arrebato puede haber ganado, por el efecto sorpresa, o puede ya darse por amortizado. Para morir… morir matando.
Merecidísima derrota de un mal presidente. Peligroso y triste crecimiento de Bildu en el País Vasco y en Navarra, donde la alianza de Sánchez con el partido pro etarra puede volver a dejar fuera a la lista más votada. Castigo de los votantes del PSOE en el resto de España a estas turbias amistades. Descalabro de Podemos, el partido que casi “asalta los cielos” y terminó convertido en un grupo de señores y señoras siempre enfadados (entre ellos y con los demás) que riñen a todo el mundo.
¿Qué pasará en las elecciones de julio? Esa es otra cuestión. Muchos dominicanos también españoles y que pueden votar, pueden ir pidiendo el instructivo. Todo voto cuenta, para unos y para otros.
Hay una lectura local de lo que ha sucedido al otro lado del Atlántico. Las elecciones municipales van a importar mucho: son la primera línea de la definición de la oposición. La batalla entre partidarios y contrarios a la alianza del PLD y la Fuerza del Pueblo se está librando ya. Leonel la quiere, en el PLD no tanto. Por el ayuntamiento del Distrito Nacional se intuye que repetirá Carolina, porque nadie más asegura conservar la plaza para el PRM y para vencerle se necesita unir siglas. La disyuntiva es complicada.