La literatura infantil es tan importante como cualquier otra, teniendo en cuenta que es una oportunidad para guiar a los niños en su camino, dar respuestas a sus preguntas y abrirle las puertas al conocimiento. ¡Una gran misión de responsabilidad!
En el marco de la celebración de Centroamérica Cuenta fue realizado el diálogo: “Identidad, tradición e inclusión en la literatura para niños y adolescentes», las escritoras Dulce Elvira de los Santos (República Dominicana) e Ioana Nicolaie (Rumania) abordaron el tema, teniendo como moderadora a Geraldine de Santis (República Dominicana) e intérprete a Marian Ochoa de Eribe (España). El evento se realizó en el auditorio de la Universidad Unibe.
En su intervención Nicolaie contó que en su niñez aprendió con libros cuyas historias terminaban siempre mal, entre ellas recuerda a una niña que salía volando por los aires con el puente en el que estaba pisando porque había guerra, o un niño atacado con una flecha porque habían llegado los enemigos a ese país. Aprendió en la escuela unos 30 textos con este tipo de característica.
Y a pesar de siempre tener bien en claro que quería ser escritora, nunca imaginó que lo fuera para niños que morirían tras ser sometidos a sufrimientos terribles.
Pero esa realidad la llevó a darle un matiz diferente a esas situaciones. Ella se dio cuenta que al escribir para la infancia podía ofrecer una gran libertad que solo se logra a través de esta disciplina. “He escrito hasta 10 libros para niños pequeños y grandes, enfocados en la belleza y en la libertad, que es lo que necesitan los niños”.
Al igual que ella, pero en realidad distinta, Dulce Elvira de los Santos es un producto de la literatura de la literatura, en su caso de la oral. Durante el conversatorio recordó momentos en Santiago, de donde proviene, que despiertan tan ternura. Fueron cuentos de tradición oral que calificó de maravillosos, “me hacían sentir en otras dimensiones. Un alimento para el alma y el espíritu”.
Para ella la literatura en la infancia permite que las personas puedan expresar, en esta etapa, sus emociones y apreciar victorias de otros de su misma edad. “Me encanta leer historias en las que los protagonistas sean niños a los que se les ocurren cosas como en la vida real, porque permite que los lectores se vean reflejados, dando respuestas a sus cuestionamientos”.
Expresó que la lectura es un recurso que permite a la niñez entender la vida y ser más críticos, porque pone a su disposición el conocimiento. “Si queremos cambiarle el rostro a una sociedad tenemos que darle libros”.
Ambas escritoras coincidieron en que los desafíos que enfrenta este género ante las problemáticas infantiles, como la exclusión, es hablar sobre sus realidades, ajustarse a lo que les ocurre y lo que les interesa, entre los ejemplos se mencionó el liderazgo femenino sin que deje de ser estético… romper con paradigmas de atribuirle debilidad a las niñas y la fortaleza a los niños.
Sin embargo, ambas están en desacuerdo en la modificación de los textos clásicos para adaptarlos a las necesidades de los tiempos actuales, porque sería un abuso, porque “todo escritor tiene derecho a que su obra no sea reescrita”, resaltó Ioana Nicolaie.