Así como los perros, los gatos también tienen sus propios mecanismos naturales para regular su temperatura corporal, tanto cuando hace frío como cuando hace calor. Sin embargo, tiene algunas particularidades que lo diferencian.
Una de las principales formas con las que los gatos regulan su temperatura es mediante la sudoración, ya que tienen glándulas sudoríparas en sus patas. Sin embargo, la mayoría de la termorregulación en los gatos ocurre mediante la respiración.
Los gatos tienen una capacidad pulmonar muy eficiente y pueden respirar rápidamente para liberar calor. También pueden aumentar el flujo de sangre a sus patas y extremidades para disipar el calor.
Además, y en este caso funciona de igual manera que con los perros, los gatos tienen un pelaje denso que los ayuda a aislar el calor y mantenerse frescos. Y esto es un dato importante porque mucho pelo no significa sólamente abrigo, sino también frescura. El denso pelo del gato los refresca incluso en los días de mucho calor, puesto que justamente funciona como un aislante.
Y tú, ¿Conocías estos datos?