La contaminación acústica puede causar muchos problemas en tu salud física, pero también en la salud emocional y psicológica.
La pérdida auditiva a raíz de una exposición prolongada a altos niveles de ruido es el efecto más conocido, pero no es el único. De hecho, hay muchos estudios que señalan que existe una relación entre el ruido y los trastornos cardiovasculares.
La contaminación acústica genera un incremento de la presión sanguínea y tensión muscular, alteraciones del aparato digestivo y cambios hormonales. Pero también, y aunque no lo creas, genera problemas en la visión.
Los altos niveles constantes de ruido pueden provocar estrés crónico, la ansiedad y el desamparo. Además, el exceso de ruido genera un debilitamiento progresivo del sistema inmunológico.
El exceso de ruido provoca trastornos del sueño, principalmente en niños, mujeres y en ancianos. El ruido excesivo tiene, además, un impacto negativo en el comportamiento social de las personas.
Consejos para cuidar tus oídos de la contaminación acústica
1. Baja el tono de voz y utiliza un volumen adecuado para oír música, ver televisión o la radio.
2. Cuida que los auriculares no superen el 60% del volumen máximo del aparato y úsalos menos de 60 minutos al día.