Protagonista de desfiles en campos de lavanda o delante de dunas, el francés Simon Porte Jacquemus rompe barreras a sus 32 años en el reñido mundo de la moda parisina.
Esta semana volvió a desmarcarse, fuera del calendario oficial de la Semana de la Moda, con una presentación poética y llena de luz, en Bourget, cerca de París.
Jacquemus hizo caer una lluvia de rafia (una planta típica de humedales) encima de celebridades sonrientes y encantadas, como la actriz Sophie Marceau, la estadounidense Pamela Anderson o la cantante maliense Aya Nakamura.
El diseñador presentó enormes pamelas de paja, grandes aretes, y una picante visión de glúteos al aire.
«Tenía ganas de mostrar a esas mujeres que vemos en Capri o en Portofino. Nos hemos querido divertir con nuestros propios códigos», añadió.
«¡Por fin algo francés!»
Su último show en el calendario de la Fashion Week parisina remontaba a 2020. El diseñador ha mostrado una preferencia por desfilar lugares inusuales, como hizo en 2019 en los campos de lavanda del sureste de Francia.
«¡Jacquemus! ¡Por fin algo francés!», dijo el famoso diseñador de zapatos español Manolo Blahnik al diario francés Le Figaro, tras ese desfile que le «había encantado».
«Jacquemus es un fenómeno. Su reciente colaboración con Nike fue uno de los mayores éxitos del año, así como la apertura de su tienda. El ritmo de sus colecciones se adapta a la relación directa con sus consumidores», explica Serge Carreira, especialista del lujo en Sciences Po Paris.
La marca está valorada en 200 millones de euros según cifras comunicadas al medio de comunicación Business of Fashion, 10 veces más que antes de la pandemia, y los planes son de llegar a los 500 millones para el 2025.
La estrella de la casa es sin duda su microbolso, el modelo Chiquito, cada vez más popular entre las famosas, como Kim Kardashian o Rihanna.
«Está al nivel de todos los iconos de la marroquineria actual. Es una hazaña bastante excepcional», dice Carreira.
Un recorrido excepcional
El recorrido de Jacquemus en el mundo de la moda lo llevó a ser cortejado por grandes casas con puestos vacantes, como Gucci, que acaba de dejar marchar a su director creativo, Alessandro Michele.
Pero hasta ahora el diseñador rechazó todas estas propuestas, alegando que «ya (tiene) una gran casa: Jacquemus«.
Usuario habitual de las redes sociales, Jacquemus comparte su vida con sus 5 millones de seguidores en Instagram, incluida su boda con el asesor de relaciones públicas Marco Maestri este verano, a la que acudieron un gran número de famosos.
«Es un ‘creador famoso’, siempre se sabe lo que hace, documenta constantemente su vida cotidiana», dice Benjamin Simmenauer, profesor del Instituto francés de la moda.
«A las marcas les interesa contratar a gente así, crea un vínculo con el público», añade.
Originario de la Provenza, en el sureste de Francia, llegó a París en 2009 y desfiló por primera vez en la Paris Fashion Week en 2012. Este septiembre abrió su primera boutique en la capital.
Jacquemus explica que hizo sus primeras colecciones «con nada» salvo «una energía muy brutal». Las chicas desfilaban con esmoquin y en chanclas, era «francés e ingenuo».
«Con conceptos innovadores, mezcla humor y creatividad en un mensaje extremadamente positivo», afirma Serge Carreira.
«Aportó una sonrisa a la moda, algo que no está bien visto», indica Loïc Prigent, realizador de documentales especializado en moda.