Hay quienes ven en la dilación del gobierno para señalar al próximo procurador, o procuradora, un ejercicio similar al deshoje de una margarita. Pétalos vienen y van, hasta que al final queda un sí o no me quiere.
Nombres y nombres se barajan, presiones y disensiones incluidas, y tras muchas y muchas flores el resultado final es siempre el mismo: te quiero mucho, pero mucho, magistrada Yeni Berenice.