¿El tiempo cura todo? Muchos crecimos escuchando esta frase en tonos esperanzados, de personas que prometían que todo lo que nos aturdía mejoraría, si tan solo permitíamos que el tiempo creara distancia entre nosotros y las circunstancias.
A propósito de su próximo taller, “Sana tu infancia: disfruta tu presente & siente paz”, a celebrarse mañana, conversamos con Johanna Cedeño, especialista en sanación emocional, mentora de plenitud y creadora de la filosofía de vivir en plenitud emocional, basada en la bioneuroemoción.
Juntos, indagamos en nuestros pasados para sanar el niño interior que sigue herido, y así lograr vivir nuestros presentes en libertad y plenitud.
¿En qué consiste la filosofía de vivir en plenitud emocional, basada en la bioneuroemoción?
Esta filosofía que he creado está basada, como mismo lo dijiste, en la bioneuroemoción, un concepto creado por el Enric Corbera Institute. No significa otra cosa que cómo la mente, el cuerpo y las emociones están interrelacionados.
Lo que experimentamos en el cuerpo—como un dolor de garganta o un problema en la tiroides o un dolor en la rodilla—está hablando de algo que la mente nunca pudo expresar.
Desde la filosofía de plenitud emocional, esto quiere decir que aquello que la niña interior—lo que vivió de 0 a 12 años—no pudo expresar o liberar, al día de hoy, como adulto, se somatiza en el cuerpo.
Vivir según la filosofía de plenitud emocional es comprender que cada situación de estrés que pasa en nuestras vidas es un gran regalo, para entrar a sanar algo que quedó pendiente en nuestra infancia. De esa manera, podremos cortar patrones para hoy reescribir nuestra historia y poder disfrutar nuestro presente.
¿Qué rol juega el niño interior en los bloqueos emocionales que experimentamos de adultos?
Wow, esa es una pregunta que deberían enseñar en todas las escuelas, secundarias y universidades, para elevar el nivel de conciencia, para que la ansiedad se reduzca, y para que vivamos en un planeta más lleno de amor y de paz.
El bloqueo es un momento de alto impacto en la infancia. Esa niña interior se quedó herida y paralizada, y creó una creencia que, al día de hoy, la domina. Para poder salir de ese bloqueo emocional, hay que entrar a conocer cuál es ese momento raíz y darle una nueva connotación.
Tenemos que entrar a conectar con el niño interior. A través de mis años de experiencia, he identificado que el 100 % de los bloqueos de los líderes, empresarios, dueños de negocios y profesionales que he acompañado, se halla en la infancia, sumado el vientre materno y lo que es heredado del sistema familiar: de los padres, los abuelos y los bisabuelos.
Algunas personas rechazan el concepto del “niño interior”, porque es intangible. Si lo viéramos desde un punto de vista científico, ¿cómo podríamos explicarlo?
El niño interior tiene tres partes. Desde que somos engendrados, es esa parte de amor puro que se halla dentro de nosotros; sin caretas, sin miedo, esa parte que cree que todo lo podemos.
Dentro de la teoría de Gestalt, también se percibe como la parte creativa, nuestro máximo potencial, que también es ese potencial divino espiritual. Además, metafóricamente hablando, es esa parte herida de la infancia que quedó en nosotros.
Una vez se identifica este ‘momento semilla’, ¿cómo se trabaja?
Debes hacer una visualización e ir al momento vulnerable de alto impacto de la infancia como ese nuevo adulto amoroso.
Primero debes pedirle permiso, porque a lo mejor eres desconocido por el niño interior. Luego, lo abrazas y le dices que ya no está solo, le das el permiso de liberar esa emoción, de expresar lo que no pudo expresar y, desde ese adulto amoroso, darle un nuevo significado, llenarlo de amor.
El adulto amoroso que llena de amor a su niño interior es la gran receta sin píldora para sanar. En la vida práctica, entrarlo a hacer es una alquimia. Es el acto de amor más noble, más genuino.
¿Cuál es la influencia del estado emocional en la atmósfera que nos rodea? ¿Cuál es la diferencia entre una persona sana y una con bloqueos emocionales?
Primero, una persona sana está constantemente sanando a su niño interior y haciendo ese trabajo interno todos los días.
Voy a la herida porque la reconoceremos más. Una persona que está en la herida y en el ego está atrapada en sus máscaras: masoquista, dependiente, codependiente, huidizo, controlador, perfeccionista, inflexible, rígido.
Puede que esté atrapado en la victimización o en un apego inseguro-ansioso. Puede que tenga miedo al abandono o al compromiso, y que tienda a huir. Posiblemente, viva en piloto automático y en la queja constantemente, en vez del agradecimiento.
Lo contrario sería un adulto amoroso que está conectando con su niño interior y que comienza a pasar de la queja al agradecimiento, de la victimización y la culpabilidad a ser responsable, de la herida al amor propio, del apego inseguro–que es desconfianza, inseguridad, falta de autoestima–a tener un diálogo con el niño interior desde el adulto amoroso.
Yo siempre digo que disfrutar nuestro presente, que es reescribir nuestra historia, es un acto de valentía. Es un acto de compromiso.
¿Qué le llevó a usted a iniciar esta trayectoria?
Crecí en un mundo empresarial a través de los negocios de mis padres, y siempre quise manejar las grandes multinacionales, que eran sus proveedores. Empecé trabajando en las más reconocidas empresas y marcas a nivel mundial.
Luego, me enamoré y me dediqué a seguir la carrera exitosa de mi esposo.
Vengo de ser una mujer de mucha carrera profesional y, de repente, me preguntaba: “¿Quién era yo sin tener el control, sin ser la jefa, sin mi equipo de trabajo, sin conocer a la gente? ¿Quién era yo sin amigos? ¿Quién era yo sin mis padres? ¿Quién era yo?”.
Sentía un vacío; me sentía una mujer fracasada y sacrificada, y comenzaba a cobrar factura.
No comprendía cómo gestionar mis emociones ante mi hija, que era muy pequeña. Decía, “¿Cómo se puede hacer daño a aquel ser humano que más amas? ¿Cómo se puede hacer daño a una hija?”. En ese momento, no sabía que tenía una niña interior herida.
Comencé una búsqueda interna, con la ambición de aprender a vivir en plenitud y en paz. Luego de dos años, llegó la bioneuroemoción a mi vida. Comencé a estudiarla para ayudarme a mí, para entender qué me pasaba.
Luego, quise enseñar al mundo lo que yo desconocía, para que puedan vivir en plenitud, felices y con propósito.
¿Es posible vivir en libertad y plenitud?
Totalmente. Es posible vivir en libertad emocional y plenitud, cuando entras a conocer el momento de alto impacto en la infancia y le das un nuevo significado.
Cuando llenes de amor al niño interior, y le permitas liberar esas emociones reprimidas y reprogramar su mente inconsciente con nuevas emociones positivas, te sentirás libre de carga, dolor y tristeza.
Ya no liderará tu vida el niño interior herido, sino el adulto amoroso en plena libertad, reescribiendo su historia. Es fácil vivir en plenitud, cuando sabes que lo que sueles buscar allá afuera te lo puedes dar a ti mismo.
¿Qué podemos esperar del taller “Sana tu infancia”, el primero de febrero?
El taller del primero de febrero es una experiencia resumida del programa de plenitud emocional, que consiste en cinco a seis meses de inmersión y sanidad profunda.
En este taller de inmersión, sanación, transformación y bienestar, vamos a identificar el ‘momento wow descubrimiento’ en la infancia, a través de diferentes dinámicas y ejercicios de personalización.
Entraremos a conocer la niña o el niño interior que limita tu potencial ilimitado, para permitirte construir tu nueva identidad, tu nuevo yo, pleno y feliz, alineado a tus metas de este 2025 y a quién sí quieres ser.
Puedes pasar a liderar tu vida hoy desde tu adulto amoroso y vivir en esa coherencia, conciencia, luz, en esa plenitud… desde el amor y no desde la herida.