Si te preguntaran distintas formas de mejorar tu vida y priorizar tu bienestar, seguro podrías responder inmediatamente con las distintas prácticas que deberías incorporar en tu día a día para vivir mejor. En algún punto de la lista, tras pasar por “comer más saludable” y “hacer ejercicio”, eventualmente arribarías a la gratitud.
Como los beneficios de esta práctica son internos, en este Día Mundial del Agradecimiento recalcamos su importancia y sus efectos en nuestros cerebros y bienestar.
Los innumerables beneficios del agradecimiento
Según Randy y Lori Sansone, la gratitud es la de lo que es valioso y significativo para uno; es un estado general de agradecimiento y/o aprecio.
La mayoría de los estudios empíricos indican que existe una asociación entre la gratitud y la sensación de bienestar general.
En una de estas pruebas, Emmons y McCullough examinaron la gratitud y el bienestar en tres condiciones experimentales. Se dividió a los participantes en tres grupos.
A un grupo se le pidió escribir diaria o semanalmente en un diario sobre acontecimientos o problemas negativos, a un segundo grupo sobre las cosas por las que estaban agradecidos y a un tercer grupo sobre acontecimientos vitales neutros. La submuestra de gratitud mostró un mayor bienestar que los otros dos grupos.
En una muestra de 389 adultos, Wood et al examinaron la gratitud y el bienestar en el contexto del estilo de personalidad. En este estudio, la gratitud estaba más fuertemente correlacionada con los atributos de personalidad relacionados con el bienestar. Los investigadores concluyeron que la gratitud tiene una relación única con la satisfacción vital.
Impacto de la gratitud en el cerebro
La gratitud no solo impacta el bienestar mental, sino que distintos estudios demuestran que esta beneficia la estructura cerebral y el rendimiento cognitivo.
Por un lado, la práctica de la gratitud aumenta el volumen de materia gris en las regiones cerebrales relacionadas con el control cognitivo y la regulación de las emociones. Por su parte, esta práctica aumenta la conectividad entre regiones cerebrales clave, lo que ayuda a regular las emociones y a ser más consciente de uno mismo.
La gratitud también induce cambios fisiológicos, por medio del incremento de la actividad en las regiones cerebrales que regulan el estrés y la producción de neurotransmisores.
Como consecuencia, los beneficios cognitivos incluyen la mejora de la atención, la memoria y la toma de decisiones, así como la amortiguación de los efectos negativos del estrés crónico sobre la cognición.
Impacto en la estructura cerebral
Varios estudios han aportado pruebas convincentes de que la práctica regular de la gratitud puede provocar cambios estructurales en el cerebro.
Por medio de un estudio realizado por Froh, Sefick y Emmons, se descubrió que las personas que llevaban un diario de gratitud a diario durante solo dos semanas mostraron un aumento significativo del volumen de materia gris en el córtex prefrontal dorsolateral derecho (DLPFC), una región asociada al control cognitivo y la toma de decisiones.
Esto sugiere que la práctica de la gratitud puede aumentar la densidad neuronal en áreas relacionadas con el procesamiento cognitivo.
Además, la investigación de 2015 de Fox et al. concluyó que la práctica de la gratitud se asocia con una mayor conectividad entre la corteza cingulada anterior pregenual (pACC) y la corteza prefrontal medial (mPFC), que son regiones implicadas en la regulación de las emociones y el procesamiento autorreferencial.
Esta mayor conectividad puede facilitar una mejor regulación de las emociones y una mayor autoconciencia, componentes esenciales del funcionamiento cognitivo.
En definitiva, distintas pruebas científicas respaldan la teoría de que la práctica de la gratitud tiene importantes repercusiones físicas y fisiológicas en el cerebro, influyendo en el rendimiento cognitivo.
Al fomentar cambios estructurales en regiones cerebrales clave y modular las respuestas fisiológicas al estrés, la práctica de la gratitud puede mejorar la atención, la memoria y la capacidad de tomar decisiones.
Incorporar ejercicios de gratitud a la rutina diaria puede ser una herramienta valiosa para promover el bienestar mental y optimizar la función cognitiva.
Estrategias psicológicas para potenciar la gratitud
Los psicólogos Bono y McCullough propusieron que la gratitud puede potenciarse mediante prácticas psicológicas relativamente sencillas.
- Escribir un diario sobre cosas por las que estás agradecido
- Pensar en algo por lo que te sientes agradecido
- Escribir o enviar una carta o nota de agradecimiento a alguien por quien te sientes agradecido
- Realizar el ejercicio de “contar tus bendiciones”, por medio de escribir tres cosas por las que estás agradecido al final de cada semana
- Practicar decir “gracias” de forma sincera
- Si eres religioso, orar sobre tu gratitud
- Meditar sobre la gratitud te ayudará a ser consciente del momento presente.