Lejos de RD. Profetizan la eventual desaparición de los periódicos y los libros en formato físico a favor de lo digital, el signo de progreso tecnológico absoluto. RIP la palabra impresa. El cambio parte de una tendencia que incluye el destierro de las humanidades y todo lo relacionado a lo teórico. Trono reservado para las ciencias aplicadas. El “teórico” carga menosprecio.
La influencia de la tecnología en la cotidianidad ha generado una cultura superficial con reflejos especiales en las redes sociales. Este cambio de paradigma arrastra el mensaje de que las ideas han perdido relevancia.
Subestimar la importancia del pensamiento como motor del progreso social y cultural en la sociedad actual empobrece la capacidad de análisis y la creatividad al ignorar un aspecto crucial: son precisamente las ideas las que han liderado las grandes transformaciones del saber que han marcado el rumbo.
La capacidad natural del ser humano para reflexionar sobre temas de justicia y libertad ha influido profundamente en los fundamentos de nuestras sociedades y sistemas políticos. Por el contrario, la carencia de imaginación y criticidad ha conducido al estancamiento en comunidades enteras.
La pobreza va más allá de lo material; también implica la incapacidad de imaginar un futuro diferente y trabajar para hacerlo realidad en una dimensión más profunda y amplia del ser humano. Periódicos y libros desempeñan un papel crucial en cultivar esa capacidad transformadora derivada del pensamiento crítico y la creatividad. Descuidarlos empobrece el espíritu.
La tecnología es crucial, pero como compañera de las ideas. Los adelantos técnicos adquieren un valor genuino aliados a principios. ¿Nostalgia del pasado? No, urgencia de formar sociedades más justas, sostenibles y solidarias en un mundo crecientemente influenciado por lo inmediato.