De buenas a primeras, el pasaporte de la República Dominicana perdió fuerza… hasta dentro del propio país.
La decisión de la Dirección de Migración de exigir la presentación de la cédula de identidad y electoral al momento de pasar por un punto migratorio para salir del país es una señal clara que ni siquiera en territorio dominicano, nuestra libreta azul tiene peso.
Extraño, según declaró Lorenzo Ramírez a Diario Libre, que la Dirección de Pasaportes no fuera consultada al momento de implementarse esta política.
Quizás no comprende el comandante Luis Rafael Lee Ballester el mensaje que envía a los países amigos, y a los no amigos también, sobre el documento dominicano.
Peor todavía es que no se dé una explicación sobre las razones para tener que validar un pasaporte y se deje en el aire que se piense que el documento es fácilmente adulterado.
Y como si no fuera poco, dos días después de conocerse públicamente la nueva exigencia, se lanza una licitación para una nueva libreta de pasaportes.
Honestamente, no se puede tener tanta puntería.