Que los niños cuenten con un espacio de estudio en casa es tan importante como los salones de clase en las escuelas. Además de favorecer su aprendizaje, disponer de una zona específica para estudiar en casa desarrolla su organización y les brinda sentido de pertenencia, lo que a su vez promueve su responsabilidad y el cuidado de sus útiles y equipos.
Así lo refiere la psicóloga y consultora educativa Nancy Patricia Canó, creadora de @eduaccion, quien comparte algunos puntos a tomar en cuenta al momento de diseñar un espacio de estudio acogedor y funcional:
Involucra a tu hijo en la compra de materiales y recursos que va a usar
Esto incrementa su autoestima, promueve en él la toma de decisiones, desarrolla sus habilidades de negociación y le permite darse cuenta de que sus opiniones son importantes para sus padres.
Los criterios a tomar en cuenta son:
-Disponer de la lista de los materiales que el colegio o escuela haya solicitado.
-Seleccionar los materiales o recursos que sean adecuados para la edad de tu hijo o hija.
-Ajustarse al presupuesto de la familia. Si tu hijo quiere un material que no puedes costear, la solución es presentarle varias opciones que estén dentro de tu presupuesto y le permites elegir una dentro de esas.
-Ubicar el espacio ideal según la disponibilidad del hogar
-Puede ser cualquier área de la casa, donde pongas una mesa o escritorio y una silla. También puedes usar una zona en la mesa del comedor.
Algunas recomendaciones para hacerlo acogedor y que promueva su aprendizaje:
-Pintar las paredes con colores neutrales.
-Permitir que tu hijo decore las paredes con dibujos o frases según su interés.
-Usar la creatividad, incorporando materiales reciclados y otros elaborados por el niño. Esto contribuye a que se identifique con el espacio, sienta que le pertenece y promueve su autoestima. La recomendación es comprar en los comercios solo lo que sea necesario.
-No sobrecargar el área.
-Garantizar que el área esté libre de ruidos y distracciones.
-Asegurar que tiene iluminación y ventilación adecuada, preferiblemente natural. De lo contrario, debe iluminarse con luz fría o blanca y usar ventiladores para refrescar el espacio.
-Si vas a adquirir una mesa o escritorio y una silla, lo ideal es que sean ajustables para que puedan servir a medida que tu hijo vaya creciendo.
Integrar la naturaleza
Con esto lograrás que tu hijo sienta emociones placenteras y que el ambiente esté en mayor armonía. Si el espacio tiene una ventana a través de la que se vean las plantas, con esto es suficiente. De lo contrario, puedes poner una planta o animalito en el área de estudio.
Piensa en sus necesidades
Si tu hijo tiene alguna condición de discapacidad o requiere alguna acomodación, debes garantizar que el espacio favorezca su desarrollo, según sus necesidades. Esto ayudará a que se sienta cómodo y que pueda lograr su aprendizaje con mayor facilidad.
Todo debe estar a su alcance
Tanto los materiales de estudio como la decoración que coloques en este espacio debe estar a la altura de tu hijo. Esto permitirá que pueda manipular la decoración, promoviendo su curiosidad e interés.
Si tu hijo es menor de siete años, puedes crear un “ambiente letrado”. Es decir, colocar etiquetas con los nombres de los objetos para propiciar una actitud positiva hacia el lenguaje escrito. Si es un preadolescente o adolescente, puedes colocar frases motivacionales e irlas cambiando a medida que transcurre el año o que surgen los valores que quieres ir trabajando e inculcando en su formación.
Incluye algunos libros de lectura que sean de su interés
Tener libros de lectura del interés de tu hijo promoverá su curiosidad por leerlos y desarrollará su hábito de lectura. Estos libros pueden ser seleccionados por él e irlos intercambiando con los primos o amigos a medida que los va leyendo.
Debe ser un espacio dinámico y cambiante
En la medida de las posibilidades, la zona debe poder adaptarse a las necesidades o proyectos que irá haciendo tu hijo durante el transcurso del año escolar. Esto permitirá que el espacio sea utilizado para múltiples actividades y proyectos, tanto individuales como en grupo con sus compañeros.
Si tienes más de un hijo y en casa solo dispones de un espacio para las tareas, puedes organizarlo según los requerimientos y necesidades de cada uno y definir horarios de uso para cada quien. Esto promueve que ellos aprendan a compartir, a negociar, a ceder y contribuye a que sean organizados por respeto al hermano o hermanos que también van a usar el área.