La reciente propuesta del presidente Luis Abinader de vender energía eléctrica a Puerto Rico a través de un cable submarino para 2027 ha sido calificada como “aspiracional” por varios expertos del sector eléctrico.
Durante un evento en Nueva York, el mandatario anunció que la República Dominicana buscará generar un excedente energético en los próximos años, lo que permitiría exportar electricidad a la isla vecina. Sin embargo, especialistas advierten que el proyecto enfrenta desafíos técnicos y financieros, y requiere mayor detalle para su evaluación.
Rubén Jiménez Bichara, exvicepresidente de la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE), subrayó que la idea de un cable submarino no es nueva, pero hace casi una década fue considerada inviable.
De acuerdo a lo explicado por este especialista, los estudios de factibilidad para un proyecto similar revelaron que en el mar Caribe se generan oscilaciones peligrosas para este tipo de infraestructura submarina.
“Habría que ver si hay alguna técnica nueva con el avance de la ciencia de la tecnología que permita que ese proyecto, ya en términos técnicos, sea factible”, comentó.
Según Jiménez Bichara, el proyecto de vender energía a Puerto Rico incluía la construcción de una generadora eléctrica similar a Punta Catalina, que tuvo que ser rechazada por no cumplir los criterios medioambientales.
De su lado, Juan Gómez, exsuperintendente de electricidad, coincidió en que la propuesta parece ambiciosa y “llama la atención” considerando que el gobierno ha tenido deficiencias para resolver los problemas estructurales del sector energético dominicano.
“Hasta ahora el criterio es que nos llama la atención y que es un simple enunciado que puede sonar a una aspiración; ahora, en la realidad, en nuestro sistema no la vemos a la vuelta de la esquina”, puntualizó.
Ambos destacaron la importancia de satisfacer primero las necesidades internas de generación, ya que el país enfrenta un crecimiento en la demanda energética que no ha sido atendido oportunamente.
Los expertos reiteran que no están en contra del proyecto, pero que se requieren mayores niveles de información para entender las implicaciones que podría tener.