Como a toda economía en pleno desarrollo, a la República Dominicana le conviene acceder a un financiamiento internacional más barato y en mejores condiciones, a la vez que mantiene una deuda pública sostenible.
La política monetaria prudente, sumada al crecimiento de la inversión extranjera directa y las exportaciones, así como la expansión de las reservas internacionales, son algunos indicadores que muestran un contexto de estabilidad favorable para ello. Sin embargo, el país necesita ejecutar las reformas estructurales para lograrlo.
“Los mercados de capitales reflejan indicadores de riego que muestran de forma implícita una calificación de grado de inversión, la cual podría ser confirmada por las calificadoras luego de la implementación de las reformas anunciadas”, puntualizaron los economistas Elisa Vilorio de Painter y Julio Andújar Scheker.
Tanto Vilorio como Andújar –quienes trabajan en la Asesoría de la Gobernación del Banco Central– se refirieron en un artículo a la reforma fiscal integral, así como a la ley de recapitalización, la transformación del sector eléctricos y otros proyectos en marcha para la modernización del Estado.
Importancia de las reformas para las calificadoras
En una Página Abierta, publicación de la entidad monetaria, señalaron que las calificadoras de riesgo, como Standard and Poor’s y Moody’s, han mejorado las perspectivas de las puntuaciones soberanas que se les ha otorgado al país: S&P Global otorgó una calificación de BB con perspectiva estable a finales del 2022, mientras que Moody’s revisó la perspectiva de la deuda dominicana de estable, a positiva.
No obstante, ambas calificadoras mantienen al país por debajo del grado de inversión, aún cuando la economía dominicana cuenta con la confianza de los inversionistas.
De acuerdo al análisis, esto se debe a la importancia que revisten las calificadoras internacionales a que el país realice ajustes estructurales que impacten la economía y garanticen que sus compromisos financieros son sostenibles en el tiempo.
“Una reforma fiscal integral que incremente los ingresos tributarios, establezca límites sobre la deuda pública a largo plazo y aborde las ineficiencias del sector eléctrico, ayudaría al país a alcanzar el grado de inversión”, citó el Fondo Monetario Internacional en uno de sus más recientes artículos publicados sobre la economía dominicana.
Confianza de los inversionistas
Los economistas expusieron que los inversionistas perciben el crédito de país como “menos riesgoso”, que el de otras naciones con grado de inversión.
Tomaron como referencia que el país obtuvo un Índice de Bonos de Mercados Emergentes de JP Morgan (EMBI, por sus siglas en inglés) de 2.52 a agosto del 2024, una cifra menor que el de países como Panamá (2.68), Colombia (3.10) y México (3.38), que ostentan grado de inversión con al menos una firma calificadora.
De igual manera, destacaron que la República Dominicana fue uno de los pocos países en la región que logró mantener la inversión extranjera directa (IED) aún en el 2020, cuando la incertidumbre económica generó salidas en el mercado de capitales.
Al cierre del 2023, la IED culminó en 4,390 millones de dólares, una tendencia al alza que se ha mantenido hasta el primer semestre del 2024, luego de que este indicador macroeconómico superara los 2,300 millones de dólares, marcando una perspectiva de cerrar en 4,500 millones de dólares.
De igual manera, la República Dominicana mantuvo sus reservas internacionales en 15,297.8 millones de dólares a julio del 2024, una tendencia de crecimiento sostenida desde la crisis financiera del 2003-2004.
Durante este período, las reservas aumentaron de 1.3 % en el 2023 a casi 13 % en el 2024, acumulando 15,334.1 millones de dólares durante ese período, situando al país solo por debajo de Guatemala a nivel de reservas internacionales en toda Centroamérica.
Asimismo, la cobertura de las reservas de la deuda pública externa de corto plazo aumentó de 0.12 veces en el 2003 a 2.5 veces en el 2023.
Estos dos elementos, sumados a la diversificación de las exportaciones, el crecimiento de las remesas y el turismo, “proveen a la economía de mayores recursos en moneda extranjera, lo que reduce la vulnerabilidad del país ante choques externos y contribuye a la estabilidad relativa de cambio”, subrayaron los expertos del Banco Central.
En los últimos 20 años, el producto interno bruto (PIB) per cápita dominicano se situó en 11,360 dólares, un nivel por encima del promedio de América Latina. En tanto, el PIB nominal dominicano es de 123,600 millones de dólares, el más alto de Centroamérica y el Caribe, según datos oficiales.