Este viernes, 16 de agosto, Luis Abinader y Raquel Peña se juramentarán como presidente y vicepresidenta de República Dominicana para el periodo 2024-2028. Este año, el solemne acto tendrá lugar en el Teatro Nacional, que se convertirá en Asamblea Nacional.
Como de costumbre, los integrantes del gobierno entrante e invitados asistirán con atuendos blancos. Pero ¿te has preguntado por qué el protocolo establece vestir de este color para la ocasión?
En la República Dominicana, es una tradición que el presidente electo use un traje blanco durante la ceremonia de juramentación. Este atuendo tiene un significado simbólico y cultural arraigado en la historia del país.
El color blanco es asociado con la pureza, la paz y la honestidad, valores que se esperan en un líder al asumir la responsabilidad de gobernar. La tradición del traje blanco se remonta a principios del siglo XX y ha sido mantenida por la mayoría de los presidentes dominicanos desde entonces.
Además, este traje refleja un sentido de continuidad y respeto por las costumbres del país, y es visto como un gesto de respeto hacia el pueblo dominicano y la solemnidad del acto de juramentación presidencial.
Tradición que viene desde Ramón Cáceres
La tradición de que el presidente electo de la República Dominicana vista un traje blanco durante la ceremonia de juramentación se estableció durante la presidencia de Ramón Cáceres, quien asumió el poder en 1906. Desde entonces, el uso del traje blanco ha sido una costumbre que la mayoría de los presidentes dominicanos han seguido.
Este atuendo fue elegido por Cáceres como un símbolo de pureza y transparencia, y la práctica se ha mantenido a lo largo de los años, convirtiéndose en un ícono de la transición presidencial en el país. Aunque no es un requisito legal, la tradición ha perdurado como un gesto de respeto hacia la solemnidad del cargo y hacia la historia del país.
¿Qué pasó durante la era de Trujillo?
Durante la era de Rafael Leónidas Trujillo, quien gobernó la República Dominicana de manera dictatorial desde 1930 hasta su asesinato en 1961, la tradición del traje blanco continuó, pero con algunas particularidades propias de su régimen.
Trujillo era conocido por su culto a la personalidad y por la manera en que utilizaba símbolos y tradiciones para consolidar su poder. Al igual que sus predecesores, usaba un traje blanco en sus ceremonias de juramentación, pero lo hacía con un enfoque que buscaba proyectar su imagen de autoridad y control absoluto.
Durante su dictadura, el traje blanco no solo mantenía su significado de pureza y solemnidad, sino que también se convirtió en un símbolo del poder totalitario que él encarnaba. Trujillo utilizó esta tradición como parte de su estrategia para mostrarse como un líder paternalista y casi divino, en un intento por perpetuar su control sobre la nación.
Por tanto, aunque la tradición del traje blanco fue respetada durante el régimen de Trujillo, su significado se vio parcialmente adaptado al contexto de su gobierno, en el que la figura del presidente adquirió un carácter casi sagrado y omnipotente.
Balaguer confirma por decreto
Fue el presidente Joaquín Balaguer, en 1973, quien, mediante un decreto, confirma la tradición de que el traje sería blanco para las ceremonias celebradas durante los meses de verano y oscuro para los actos llevados a cabo en los meses de invierno.
Es por esa razón que la toma de posesión, que siempre es el 16 de agosto, antes de que el verano concluya, es de blanco, y la rendición de cuentas, que se lleva a cabo el 27 de febrero, que corresponde al invierno, es con traje negro.
Para hombres y mujeres
El protocolo para la juramentación establece que los hombres deben vestir con pantalón, chaqueta y camisa blanca, preferiblemente color hueso, corbata, zapatos y medias negras. No se permite acompañar la vestimenta con detalles o prendas de otro color, para evitar desviar la atención del acto solemne.
En el caso de las mujeres, deben vestir traje blanco, de pantalón o falda. También es permitido utilizar vestidos. Al igual que los hombres, los zapatos deben ser negros y cerrados, y en ningún caso deben llevar prendas o accesorios de otro color.