Nos lo contaron así, tal cual:
En Migración, Malecón Center
— Vengo a recoger el historial migratorio.
— La persona responsable está comiendo.
— ¿No hay otra?
— Ella es la única, siéntese y espere.
— ¿Cuánto tiempo?
— Veinte minutos, no sé; es su tiempo.
Y el usuario creía que era el tiempo que le pertenecía, por los cuatro mil pesos que había pagado días atrás por el bendito documento.