Hace ya casi dos décadas, la doctora Dilcia Peralta de Capellán, hoy fallecida, y yo coincidimos en una actividad cultural llevada a cabo en el Ateneo «Amantes de la Luz», de la ciudad de Santiago de los Caballeros. En vida, activa lectora y distinguida dama de la sociedad santiaguera, al ver la palabra “harmonía” en el escudo de la centenaria institución, en el desarrollo de la actividad muy inquieta se acercó a mí para preguntarme si no se trataría de un lapsus u error ortográfico la escritura del susodicho vocablo así, con hache inicial.
En ese momento le respondí que no. Que por razones históricas esa hache aún se conserva, por cuanto estuvo presente en la grafía original o arcaica, “harmonía”, procedente del latín. Y que de esa antigua u original forma es que se deriva la versión usual, conocida y recomendada académicamente “armonía”. Y también le prometí ampliar mi respuesta en unas notas que semanas después fueron publicadas en la prensa nacional, las cuales, esta vez, de nuevo me permito compartir :
«En 1916, el laureado poeta dominicano, Domingo Moreno Jimenes, escribe un poema, «Aspiración», en el que anuncia su intención de cambiar el curso de la poesía nacional, de introducir nuevas formas a nuestra expresión poética, esto es, de escribir una poesía libre por completo de ataduras y cortapisas métricas .En los primeros versos de la referida composición, considerado como una especie de manifiesto de renovación métrica en la literatura dominicana, expresa el también autor del «Poema de la hija reintegrada» (1934),lo siguiente:
«Quiero escribir un canto
sin rima ni metro
sin harmonía, sin hilación, sin nada
de lo que pide a gritos la retórica…»
Si bien son muchos los que a simple vista podrían pensar que el fundador del Postumismo (1921) incurrió en un craso error ortográfico al escribir “harmonía”, en lugar de “armonía”, lo cierto es que dicha voz puede escribirse de una y otra forma, esto es, con la h inicial o sin ella. Este último empleo, sin embargo, es el más común y el que más se recomienda académicamente.
Aparte de la ya citada composición poética, el término “harmonía” aparece como tal en el grupo de palabras que conforman el lema inscrito en el escudo del Ateneo “Amantes de la luz” (Santiago de los Caballeros). Y en cuanto a su uso, no sólo este está permitido escribirlo con la grafía h, sino también cada una de las palabras que de él se derivan: harmonioso, harmónico, harmónicamente, harmonio, harmonizar, harmoniosamente, harmonista, etc. Pero todos estos usos, vale aclararlo, como sucede con el de la palabra primitiva de la cual proceden, por raros o carentes de vigencia, no se recomiendan, sino los derivados de la voz “armonía”.
Como bien se lee en el “Diccionario panhispánico de dudas”, 2005, Pág. 63:
«Armonía – ‘Combinación de sonidos y acordes’ y ‘amistad y concordia’. Esta es la grafía normal en el español actual. La variante harmonía, que conserva la h del étimo latino, es hoy desusada y, por ello, desaconsejable. Lo mismo cabe decir de todas las palabras pertenecientes a su familia léxica…»