La mecanización de la agricultura y la adopción de nuevas tecnologías que permitan la automatización de sus labores requiere de estrategias clave, como el aumento de la inversión pública y privada en la investigación, así como facilitar el acceso al financiamiento.
Para el especialista en economía agrícola del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (Mepyd) Javier Tavárez, la agropecuaria dominicana es uno de las principales actividades económicas del país, representando el 5.6 % del producto interno bruto (PIB) y con una tasa de crecimiento anual de 4 %.
Esto se traduce en un importante aporte a través de las exportaciones agrícolas–que representan el 23 % de lo que se comercializa en otros mercados –, la generación de empleos –con más de 360,000 personas ocupadas, siendo el cuarto sector empleador– y el rendimiento –con más del 50 % de los cultivos generando ganancias dinámicas para los productores.
Pese a este desempeño, el sector agropecuario enfrenta numerosos retos para llevar la innovación al campo, señaló el especialista, invitado por la Junta Agroemopresarial Dominicana a ser el orador principal en el Diálogo Agropecuario “Hablemos de innovación”, un evento que busca incentivar a los agricultores para que inviertan en nuevas tecnologías.
Algunos de estos desafíos son:
- La brecha digital en zonas rurales, con una falta de acceso a tecnologías digitales e infraestructura adecuada
- La resistencia al cambio de los agricultores tradicionales, que producen bajo los mismos métodos durante décadas
- Los costos iniciales elevados de tecnologías avanzadas –solo un dron DJI Agras T50 puede costar hasta 25,000 dólares–, lo que lo hace una herramienta poco accesible para pequeños productores
- Falta de concientización sobre los beneficios de la innovación
A esto se suma que la mayor parte de la producción se realiza en unidades agrícolas pequeñas, trabajadas por agricultores cuya edad oscila entre los 35 y los 60 años.
“El 80 % de todas las unidades productivas que se levantaron en el precenso del 2015 establecen que la República Dominicana tiene unidades entre 60 y 70 tareas de tierra (…), son muy pequeñas. Si las tecnologías son pequeñas, hay una limitación natural a la aplicación de economías de escala y de ciertas innovaciones tecnológicas que implican grandes extensiones de tierra”, observó Tavárez.
¿Cómo implementar la innovación?
Por eso, Tavárez considera que la inversión en investigación y desarrollo como una parte importante de llevar la innovación al campo, para saber qué estrategias y herramientas serían más idóneas de acuerdo al contexto actual del sector agropecuario dominicano.
Asimismo, considera que se deben implementar políticas públicas de acceso y transferencia tecnológica.
“El acceso a estas tecnologías suele ser muy costosa; si existiera un canal, o un capítulo especial dentro del gabinete agropecuario que se dedique a hacerlas más accesible, –a que el Ministerio de Agricultura, por ejemplo, facilite acceso, conocimiento y capacitación en estas herramientas– podemos tener mejores resultados”, aseguró el experto.
También, se necesita ampliar los créditos a los productores, para que puedan adquirir estas nuevas herramientas e incrementar, tanto la productividad de sus cultivos, como su competitividad.
Por último, Tavárez señaló la importancia de fomentar la colaboración entre los agricultores, los investigadores y el sector privado en torno a aspectos como la innovación agroindustrial en el país.
“En el contexto moderno, hablar de innovación en el sector agropecuario ya no es solamente hablar de aumento en la producción. Hay que hablar de productividad, hay que hablar de hacer un cambio con el medioambiente y hay que hablar de mejor seguridad alimentaria”, recordó.