Desde el inicio de los tiempos, el ser humano ha intentado dar explicación a los hechos incomprensibles que se le han enfrentado, desarrollando la preciosa capacidad de inventar historias y crear arte para buscar la explicación de las cosas.
Desde el arte rupestre en las cuevas y la narración oral, hasta la llegada del papel y de las tecnologías de la información, de la mitología a la ficción y las ciencias, este manifiesta su resiliencia más persistente en entender el mundo que le rodea.
A pesar de su presencia en nuestra cotidianidad, el ciclo femenino (y su posible fruto) ha sido la musa de algunos artistas, muchos de los cuales reconocieron una conexión con el ciclo lunar: misteriosa e iluminando la oscuridad, cambiante pero predecible, pacífica pero con la influencia de mover la marea.
Considerando que, en nuestro caso, no hablamos de una figura influyente pero lejana, sino de nuestros propios cuerpos, es vital ir más allá del misterio para entender qué sucede en la mujer promedio a lo largo del ciclo que la acompañará por décadas.
Las fases
Así como la luna, cuyo ciclo tarda alrededor de 29.5 días, el ciclo femenino también se rige por fases.
Según investigadores como Schmalenberger et al. (2021) y Thiyagarajan et al. (2022), este suele tardar entre 28 y 35 días, aunque puede ser tan corto como 21 o tan largo como 42, y aún así considerarse un ciclo normal. Por su parte, el sangrado suele tardar entre tres y siete días.
1. Fase menstrual
Asumiendo que el ciclo es de 28 días, esta primera fase abarca los primeros cinco, aunque puede variar entre tres y siete días. En este periodo, se desprende el endometrio, el revestimiento del útero.
A nivel hormonal, los niveles de estrógeno y progesterona disminuyen, lo que desencadena el desprendimiento del endometrio.
2. Fase Folicular
Coincidiendo con la fase menstrual en sus primeros días, esta etapa se caracteriza por el desarrollo de los folículos ováricos, uno de los cuales liberará un óvulo maduro. Esta tarda alrededor de 14 días, del inicio a la mitad, dependiendo de la longitud del ciclo menstrual.
Según el centro médico West Suburban, durante este periodo, los niveles de estrógeno y progesterona son bajos. Por eso, se produce la descomposición y el desprendimiento del endometrio, las capas superiores del revestimiento uterino, causando la menstruación.
Además, el nivel de hormona foliculoestimulante aumenta, estimulando el desarrollo de varios folículos de los ovarios. Estos son sacos llenos de líquido que contienen un óvulo. Como esta hormona va disminuyendo a lo largo de esta fase, solo un folículo suele desarrollarse. Este produce estrógeno, por lo que sus niveles aumentan de manera constante.
Estos suelen ser los días de respiro… ¡así que aprovéchalos!
3. Ovulación
La ovulación marca el punto medio del ciclo. En average, ocupa entre 12 y 24 horas del día 14, pero en algunas mujeres puede durar hasta 48 horas.
En este breve periodo, el ovario libera un óvulo maduro para ser fecundado.
La ovulación se desencadena por medio del aumento en la hormona luteinizante (LH), que alcanza su pico durante estas horas para luego incrementar en un menor grado, mientras que los niveles de estrógeno alcanzan su punto más alto.
En esta fase, muchas mujeres experimentan el dolor pélvico intermenstrual, conocido como “mittelschmerz” (traducido literalmente como “dolor de la mitad o del medio”). Suele sentirse del mismo lado del ovario que libera el óvulo.
A la par con la ovulación, la temperatura corporal basal incrementa durante la etapa folicular. Esta es una buena señal para estimar cuándo se produjo la ovulación.
4. Fase Lútea
La fase lútea, que generalmente dura 14 días, representa los días de respiro (¡así que aprovéchalos!).
Después de la ovulación, el cuerpo lúteo, o el folículo vacío, produce progesterona para mantener el revestimiento uterino. Si no hay fecundación, los niveles hormonales disminuyen y el ciclo se reinicia.
En el plano hormonal, los niveles de progesterona son altos; el estrógeno también está presente, pero en menor proporción. Al final de esta fase, si no hay embarazo, ambas hormonas disminuyen.
Luego de liberar el óvulo, el folículo roto se cierra, formando el “cuerpo lúteo” y secretando más progesterona. Esta hace lo siguiente:
- Prepara al útero en el caso de la implantación de un embrión.
- Provoca el espesamiento del endometrio, así como la acumulación de líquido y nutrientes para alimentar a un posible embrión.
- Causa el engrosamiento de la mucosidad en el cuello uterino, dificultando la entrada de espermatozoides y bacterias en el útero.
- Ocasiona un aumento ligero de la temperatura corporal basal, hasta que comience el periodo menstrual.
Durante la mayor parte de esta fase, el nivel de estrógeno es alto. Esta hormona es importante en la estimulación del engrosamiento del endometrio.
El aumento de los niveles de estrógeno y de progesterona causa la dilatación de los conductos galactóforos de las mamas y, por su parte, el aumento de tamaño y la incomodidad/sensibilidad.
En caso de que el óvulo no se fertilice o no sea implantado, el cuerpo lúteo se irá degenerando. Con la disminución de los niveles de estrógeno y de progesterona, se detonará un nuevo ciclo menstrual.
Durante esta fase se pueden esperar distintos síntomas:
- Cambios de humor
- Dificultad para dormir
- Dolores de cabeza
- Antojos
- Hinchazón abdominal
- Sensibilidad mamaria
- Acné
En esta más que todas, es importante recordar que es una fase: ¡pronto pasará!
Los ajustes
Tanto los animales marinos como algunas personas cuyo trabajo depende del océano, se rigen por las fases de la luna y sus efectos. La luna es cambiante, pero predecible. Así es el ciclo menstrual.
Cada vez más, se está sugiriendo conocer el ciclo menstrual en general y las particularidades del propio, para alinear las actividades diarias–como las rutinas de ejercicio y de trabajo–a las distintas fases.
No es necesario nadar contra la marea. Si sabemos qué esperar de antemano, ¿qué tal si dejamos de luchar contra lo inevitable y somos estratégicas? Estar del lado de nuestros cuerpos y mentes es más eficiente que declarar una guerra cíclica que no vamos a ganar.
¡Mejor conozcámonos y aprovechemos las fortalezas de cada etapa!