Los datos macroeconómicos muestran que la República Dominicana tuvo un buen desempeño en 2024. Según el Banco Central, la economía dominicana registrará en este año la mayor tasa de crecimiento de toda la región.
El incremento del producto interno bruto (PIB), asociado estrechamente con la creación de empleo, se situó cerca del ritmo potencial del 5 %. El resultado contrasta con la débil expansión de apenas un 2.2 % en 2023. Cabe destacar que, la reciente modificación de la base de cómputo de las cuentas nacionales, que pasó del año 2007 al 2018, revela que la tasa de crecimiento interanual del PIB del cuarto trimestre de 2023 no fue de un 4.2 %, como se había publicado a inicios de año, sino de solo un 2.2 %. Esto pone en evidencia que la extraordinaria inyección de liquidez a bajas tasas de interés que se llevó a cabo entre junio y diciembre de 2023 tuvo un efecto positivo, aunque se manifestó de manera rezagada durante el primer semestre de 2024.
Cuando se analiza el crecimiento económico desde la perspectiva de la demanda agregada, se observa que el consumo privado, que alcanzó una variación promedio del 5 % en los primeros tres trimestres de 2024, explica el 58 % de la variación combinada del PIB y de las importaciones de bienes y servicios. En un distante segundo lugar le siguen las exportaciones de bienes y servicios, con un aporte del 28 % a la citada variación combinada, mientras que la formación bruta de capital fijo ocupó el tercer lugar, con un 20 %. El aporte de la variación de existencias fue negativo.
En cuanto a las actividades productivas, el sector de hoteles, bares y restaurantes y el del comercio, así como el de la construcción y la manufactura -local y de zonas francas- fueron los que más aportaron a la expansión del PIB durante el presente año.
El desempeño de la demanda agregada y de las actividades productivas del sector privado ha sido sorprendente, pues en 2024 la tasa de interés activa en términos reales superó el 12%, manteniéndose por encima de la observada en 2023. Esto significa que, a pesar del incremento del costo del financiamiento, los agentes económicos sostuvieron un elevado ritmo de consumo, y las empresas ejecutaron proyectos de inversión con altas tasas de retorno. El sector de la construcción, que registró una variación acumulada promedio del 3.2 % en los primeros once meses del año, es el más sensible a las tasas de interés. Por ello, es probable que dicho sector sufra en los próximos meses una desaceleración, a menos que las autoridades monetarias logren reducir, de manera sostenida y compatible con el anclaje de las expectativas de inflación, el costo del financiamiento.
La tasa de inflación, medida por la variación del índice de precios al consumidor (IPC), cerrará en 2024 por debajo del centro del rango meta de 4 %±1 %. La tasa de inflación subyacente, que excluye los precios de alimentos y combustibles, también quedará muy cerca del centro del rango meta. Ese resultado revela que la política monetaria, complementada con los subsidios estatales a los combustibles y al servicio eléctrico, logró mantener bajo control la variación de los precios de los bienes y servicios. La historia confirma que la estabilidad de precios es uno de los principales aportes que puede brindar el Estado a los agentes económicos privados para fomentar su desarrollo y bienestar.
El mercado cambiario ha tenido un comportamiento aceptable, aunque con una volatilidad superior al promedio. La tasa de cambio pasó de 58.26 pesos por dólar, registrada el 29 de diciembre de 2023, a 61.09 pesos por dólar al 26 de diciembre de 2024. Ese nivel con el que se cierra el año era previsible, y se pronosticó en esta columna hace ya varios meses. La variación anual de la tasa de cambio del 4.9 % supera el promedio histórico del 3.5 %, pero se puede afirmar que ese ritmo de depreciación no es preocupante, ya que es compatible con la meta de inflación.
La política fiscal también fue gestionada correctamente, aunque pudo haber apoyado más al sector productivo privado. Según los gastos publicados por la Dirección General de Presupuesto al 20 de diciembre, se estima que el déficit público cerrará alrededor del 2.9 % del PIB, cifra inferior al 3.1 % presupuestado. No obstante, se observa en diciembre un salto anormal en el gasto de capital, que pasó del 2.1 % del PIB, proyectado con base en los datos anualizados al 15 de noviembre, al 2.4 % del PIB. Si el gasto de capital mantuvo ese nuevo ritmo de variación en los últimos días del año, el déficit fiscal se acercó más al monto presupuestado.
Por otra parte, el entorno internacional ha resultado muy favorable para el desempeño económico en 2024. Estados Unidos, principal socio comercial de la República Dominicana, proyecta un ritmo de crecimiento económico de un 2.7 %, a pesar de que las tasas de interés, tanto de la Reserva Federal como de la Notas del Tesoro, se encuentran en niveles históricamente elevados. El dinamismo del mercado laboral estadounidense, reflejado en una tasa de desempleo del 4.2% y una variación interanual del salario por hora de un 4 %, ha beneficiado a los dominicanos residentes en esa nación, quienes envían la mayor parte de las remesas familiares que llegan regularmente al país, y cuyo monto superará este año los 10 mil millones de dólares.
El sector privado dominicano, formal e informal, ha demostrado una vez más su resiliencia. En 2024, los agentes económicos privados enfrentaron con éxito la incertidumbre provocada por la presentación y posterior retiro del proyecto de reforma fiscal; los vaivenes de apriete y afloje monetario aprobados para sortear diversos choques económicos; las elevadas tasas de interés condicionadas por la política restrictiva de la Reserva Federal; la volatilidad cambiaria superior a lo habitual, y una baja inversión pública. A pesar de todas esas adversidades, la economía se expandió de manera sorprendente al ritmo potencial, condición clave para crear nuevos empleos, reducir la pobreza y, en consecuencia, mejorar la calidad de vida de la población.