Haciendo un balance de estos días, creo que quien está de moda es Santa Claus. No podemos afirmarlo ni negarlo si antes no hacemos un estudio o una investigación de mercado. Para saber si es cierto habría que preguntarle a un gran grupo de ciudadanos: para fines celebratorios, ¿está usted con Santa Claus o con los Reyes Magos? ¿Comprará regalos para las dos celebraciones? ¿En otros años en cual de las dos has gastado más? Los juguetes de las Fundaciones nos han mostrado que este momento es esencial para hacer sentir a muchos bien: cada año compramos muchos juguetes.
Si observamos cuidadosamente, no siempre los que compran regalos para hacer de Santa comprarán regalos para hacer de Reyes Magos. No se vestirán de Melchor, Gaspar y Baltazar y los camellos no preguntarán por la yerba que se les coloca en una parte estratégica del árbol. En la infancia vimos cómo alguna tía pedía cigarrillos diciéndonos que los Reyes Magos fumaban mucho (eran para ella).
En una clásica lectura epocal se nos ha dicho cómo actúa cada uno de los reyes en función de lo que trae al Niño Jesús. Como hemos visto, está claro que en algunas locaciones de la ciudad hay buenos nacimientos. ¿Quiere decir que haya malos? No. Lo que importa es la intención de recrear el momento en que el niño Dios es agasajado y adorado en el día en que nace. Como aclaran las escrituras, Mateo 2: 1-11, los Reyes Magos le traen al niño Jesús oro, incienso y mirra. Tres tremendos regalos por su significación. Belén estaba en el centro del mundo en ese sitio donde hoy vemos guerra, desplazados y gente sin casas.
Para ir a tono con la tradición, no se puede afirmar que los nacimientos han dejado de ser populares. Es notorio como algunas tiendas enormes tienen una parte dedicada a los productos de temporada, la Navidad entre ellos. Ahí vemos los arbolitos y tienen incluido algunos, a los Reyes Magos, a José y María y a uno que otro burrito. Se oye en un delicatessen la canción que dice “con mi burrito sabanero voy camino de Belén, si me ven si me ven voy camino de Belén”, villancico creado por el venezolano Hugo Blanco Manzo en 1972. La radio de los setentas y los ochentas ponía estas canciones de una manera repetitiva: terminabas cantando las durante toda la noche del 24. Horas después, algunos detonaban algunos fuegos con los que había que tener cuidado: vimos casos de promociones que consistían en un chicle en la vela romana que podía dispararse hacia atrás.
Gaspar, Melchor y Baltazar tienen una buena historia con Dona Chucha y con la Maximo Gómez 25 (o ya se mudó a otro lugar?), donde se dan regalos a diestra y siniestra. Los niños vienen a este lugar para hacer una fila enorme y abarrotada para recibir un juguetito: no todos obtienen una bicicleta, hay que decirlo. A algunos les dan algún carrito con pilas que se acaban a las tres horas de uso. A las niñas les dan un pequeño jueguito de cocina oh Dios. Una barbie con todo y su casa ni pensarlo. Una Cabbage Pack era una muñeca clásica. No sabemos si existen las muñecas de Taylor Swift, una chica con una hermosa estampa. Las navidades han cambiado en las últimas décadas.
Vieniendo de lugares nevados, Santa Claus trae juguetes que algunos dirán que por ser elaborados en el Norte del Planeta donde brilla la tecnología, son más sofisticados: un iphone 16, tabletas último modelo para no hablar de playstation o raquetas de Pádel.