La abundancia es un estado financiero que nos permite comprar lo que deseamos. Bueno, al final del artículo te contaré un poco más sobre mi filosofía al respecto.
Tenemos muchos hábitos responsables de generar nuestras acciones con el dinero. Ellas, a su vez, crean los resultados. En conjunto, son nuestra realidad financiera. Es la realidad que vivimos, y puede o no estar acorde con lo que deseamos.
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No caigas en estos hábitos
Veamos algunos de esos hábitos que pueden estar en nosotros o no. Lo que sí sabemos es que, de estar, causan una realidad que no queremos tener:
- Gastar según haya en la cuenta: Si tu decisión de compra está basada en el dinero disponible, es muy probable que no te alcance para adquisiciones mayores, mucho menos para gustos verdaderos. Es que nunca alcanza, porque se va asignando a las necesidades que van apareciendo… prioritarias o no. Y peor, si tenemos tarjetas de crédito las usaremos sin medir que tendremos que financiarlas.
- No saber en qué gasto: Al preguntarle a mis coachees (clientes de asesorías financieras) por sus diferentes gastos, se dan cuenta que gastan menos de lo que piensan. Digo, en su primer pensamiento. Es que al sacar sus gastos siempre les sobra de su ingreso. Cuando por sus cuentas saben que cada mes tienen un déficit. La percepción que tienen de sus gastos no se corresponde con la realidad.
- No controlar los gastos: Cuando inquiero a las personas endeudadas cuánto gastan al año en algún renglón, como en su cabello, no saben responder. Al hacerles el cálculo quedan sorprendidas. Sabemos que suele ser una necesidad, pero no saber cuánto nos cuesta puede llevarnos por un mal camino. Algunos terminan reduciendo parte de los extras en esa ida a arreglarse el pelo.
- Apasionarte con la cuenta de ahorros: Amontonar tus ahorros en dicha cuenta lleva a que el dinero pierda poder adquisitivo. Debemos invertir el ahorro para que le gane a la inflación y así se convierta en más dinero. La clave es saber de inversiones y elegir la adecuada a nuestra personalidad y objetivos.
- Vivir el futuro por adelantado empeñando el porvenir: Si no tienes dinero para hacer una adquisición, y de todas maneras la realizas creando una deuda, estás viviendo algo que aún no te habías ganado. Para ello comprometes parte de tu ingreso futuro. Al pagar intereses reduces tu poder adquisitivo… has empeñado tu porvenir.
Cuando tomamos decisiones que no nos dejarán utilizar el dinero generado para vivir cada día mejor, siento que nos restringimos.
No tengo que antojarme de todo lo que veo, sino de lo que puedo adquirir. Pero, si parte de mi ingreso se va en antojos que me hacen sentir en abundancia, la real abundancia nunca llegará.
Mi definición de abundancia es: utilizar al máximo cada centavo que genere, viviendo cada día mejor y antojándome de lo que sí puedo adquirir, sin que esto interfiera con la primera parte de la definición.
En la próxima entrega te traeré cinco hábitos más.