La oposición actualmente tiene la excusa perfecta para el comportamiento que una parte importante de ella ha adoptado: esos que hoy son gobierno “no nos sacaban el guante” y por eso ahora les toca a ellos su propia medicina.
Sí, ciertamente el gobierno de Luis Abinader ha tenido sus desaciertos, sus metidas de pata y también sus actos de corrupción, con varios sometimientos a la justicia incluidos.
Pero la teoría de que hacer oposición es cuestionar absolutamente todas las decisiones que se asumen desde el Ejecutivo no es sano, ni siquiera es cierto.
Porque mientras muchos de nosotros seguimos siendo totalmente incrédulos y pesimistas, ni nadie es totalmente bueno ni tampoco totalmente malo.
Pero cuestionar hoy lo que antes era yo mismo que lo hacía, ¿en qué me convierte? La respuesta es simple: en hipócrita.
La República Dominicana necesita una oposición fuerte y que cumpla con sus funciones.
Pero la sociedad no necesita de partidos que apuesten (y que ejecuten acciones en ese sentido) para que un gobierno de turno fracase, porque al final de cuentas eso nos afecta a todos.