Las autoridades van en serio para atajar el tráfico de indocumentados y aleccionar con detenciones hasta de uniformados. No que los escándalos asombren, porque siempre se ha sabido que la corrupción opera de ambos lados.
Que varias docenas de extranjeros sin estatus migratorio se encontrasen en un hotel esperando distribución por la geografía nacional sí que alarma. Porque se ha dicho y repetido que la frontera está cerrada, sellada. Ochenta y tres desmentidos en el hotelito montecristeño.