El ruido, el escándalo y las estridencias parecerían parte del ADN dominicano. Como si desde pequeños estuviésemos condicionados a ser bullosos por naturaleza.
No son solo los colmadones de los barrios populares o los altoparlantes a todo volumen. El parque Mirador Sur es cada domingo un irrespeto a la tranquilidad y la paz, un lugar bullanguero. Hay dos destacamentos policiales, uno nacional y otro municipal, pero de nada sirven. ¡Crían gallinas!